Los cobros excesivos que hace la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el suministro de luz ha orillado a los habitantes de la ciudad de México a decidir entre pagar la luz o comer, aseguró la secretaria de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Aleida Alavez. Afirmó que ese servicio no es un lujo, sino una necesidad, y adelantó que promoverá una reforma legal para que ese bien público se convierta en derecho humano.

Al rendir su segundo informe de actividades, la legisladora perredista se enfocó en uno de los principales problemas que aqueja a los capitalinos, que son las tarifas altas por el consumo de luz, los cuales en la mayoría de los casos son injustificados y se basan en estimaciones y no en el consumo real.

Durante el acto, organizado en la explanada delegacional de Iztapalapa, Alavez manifestó que esas fueron las causas que llevaron a que encabezara un movimiento de resistencia contra las tarifas altas, que si bien ha logrado avances –como evitar que se corte el suministro de energía a la gente que ya presentó su queja por cobros excesivos–, todavía hay varias cosas pendientes.

Frente a jefes delegacionales, diputados locales y federales, representantes del gobierno capitalino e instancias como la Comisión de Derechos Humanos del DF, además de los líderes de Izquierda Democrática Nacional (IDN) y un numeroso contingente, la diputada local reconoció que los avances en esta materia son lentos, porque los encargados de la energía eléctrica en el país se resisten a reconocer un conflicto de gran envergadura social y de carácter nacional.

Incluso, dijo, eso encubre uno de los negocios más grandes de este sexenio ominoso: la luz prácticamente se encuentra privatizada y las empresas que producen energía tienen ganancias por casi un billón mil 600 millones de pesos, lo que equivale a casi 70 por ciento del presupuesto del país en un año.