En lo que va del sexenio del presidente Felipe Calderón los aumentos a los precios de las gasolinas han sido 35 por ciento superiores a los de bienes y servicios de la economía mexicana, según consta en informes oficiales.

De acuerdo con información del Banco de México y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el alza de los precios a nivel general fue de 24.08 por ciento, mientras el de los combustibles, en el mismo periodo, de 32.5.

Cifras de Petróleos Mexicanos señalan que al inicio del actual sexenio –2006– el costo de la gasolina Magna, la más utilizada por el parque vehicular del país, se situaba en un promedio de 7.41 pesos por litro, pero ahora, en el quinto año del actual gobierno, se ubica en 9.82.

Ello contrasta con las promesas electorales del actual mandatario, quien ofreció que los precios de energéticos para empresas y hogares iban a ser reducidos.

Sin embargo, en los hechos el Ejecutivo federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda, ha justificado las alzas, debido a que en Estados Unidos los costos de los combustibles son superiores, pese a que en México los ingresos de los trabjadores no crecen a la par que en el país vecino.

La Asociación Mexicana de Empresarios Gasolinaeros, encabezada por Pablo González, confirmó que a partir del primer minuto de ayer sábado sed elevaron nuevamente los precios de gasolinas y diesel.

Así, el costo de la Magna queda en 9.82 pesos el litro, la Premuium en 10.64 y el diésel, el más utilizado en los sectores agrícola y pesquero, en 10.18.

México, pese a ser exportador neto de petróleo, importa alrededor de 46 por ciento de gasolinas que se consumen en el país, por la falta de inversión en nuevas plantas refinadoras y porque las seis refinerías con que opera Petróleos Mexicanos no operan al 100 por ciento de su capacidad.

A partir de hoy, el costo de la gasolina Magna subió nueve centavos el litro, la Premium cinco y el diésel nueve.

A pesar de la supuesta fortaleza de las finanzas públicas que presume México, a partir de enero de 2009, ante la emergencia económica generada por la crisis financiera internancional, el gobierno federal tomó la decisión de eliminar los deslizamientos semanales, que se determinaron a partir de diciembre de 2008, a los precios internos de las gasolinas y el diesel, con el propósito, según las autoridades, de fortalecer las finanzas públicas.