Montan Los cuentos negros, de Yvan Bienvenue, en La Capilla
Viernes 13 de enero de 2012, p. 7
Una serie de historias donde confluyen aspectos relacionados con el sexo durante la senectud, la soledad, el optimismo, la desesperanza y la inminencia de la muerte estructuran la obra Los cuentos negros, de Yvan Bienvenue, montaje que se estrenó la noche del sábado pasado en el Teatro La Capilla.
¿A qué edad se deja de sentir y desear?, es uno de los planteamientos del montaje.
Una tríada de relatos, interpretados por María Elena Olivares y Miguel Ángel Barrera, sitúan al espectador ante descarnadas escenas cotidianas, aderezadas con tintes de humor negro y tragicomedia.
La vida real, los hechos imprevistos que suceden alrededor de ella, además de las acciones de la naturaleza y la condición humana son explorados en los cuentos Tancredo y Rosalinda, Panza voladora y Cocalina.
En esas historias narradas por un actor figuran la pareja de ancianos en busca de concretar la anhelada relación sexual, además de una anécdota del sacerdote que, encolerizado, asesina de manera brutal a una feligresa pecadora y la de una mujer de edad avanzada que espera con ansiedad al atractivo sexoservidor para satisfacer sus deseos olvidados.
La puesta en escena, dirigida por Ginés Cruz y Boris Schoemann, se caracteriza por mostrar al actor como elemento único en el escenario. Apenas una mesa, un sillón, un vaso, una veladora y cerillos son los recursos utilizados por los narradores, quienes sin más artificios, se valen de manera exclusiva de la palabra para atrapar al espectador.
De igual forma la crítica y la reflexión permean en el montaje, donde se hace referencia al inminente olvido que cunde en la vejez, pero también a las motivaciones, como el uso del Viagra o la creación del sitio web viejosquetodavialaquierenmover al que se incorporó Tancredo y otros ancianos.
En Cocalina, la mujer –que en un asilo de ancianos espera al guapo joven que ofrece sus sexoservicios– se refiere al uso del condón, pero confiesa con humor negro que ya no lo requiere porque el sida ya no la alcanzaría a su edad.
Los cuentos negros se montaron en el teatro Montreal hace alrededor de 18 años y son conocidos como cuentos urbanos o negros para Navidad. El dramaturgo Yvan Bienvenue, director de la compañía Urbi et Orbi, era un apasionado de las veladas de cuentos y leyendas, y esa intimidad teatral lo atrajo.
Por ello Bienvenue retomó las historias de Montreal, de aquello que sucedía en callejones, hoteles de paso y bares más allá de la nota roja, para buscar la anécdota que marcaría las conciencias.
La temporada de Los cuentos negros concluye el día 15 de enero. Las últimas funciones serán hoy viernes, a las 20 horas; el sábado a las 19 y el domingo a las 18 horas, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, colonia Del Carmen, Coyoacán).