Pide el talibán a EU trasladar a Qatar a los presos en Guantánamo
Sábado 7 de enero de 2012, p. 19
Bagdad, 6 de enero. Tres obuses de mortero cayeron hoy sobre la zona verde de Bagdad, el área más protegida de la capital, cercada por un muro de hormigón. El ataque ocurrió justo cuando se desarrollaba un desfile del ejército iraquí, un día después de una ola de atentados contra musulmanes chiítas que causó la muerte de 74 personas.
El ataque a la zona verde no fue revindicado por alguna organización política o religiosa y sólo provocó daños materiales en un punto periférico de esta sección urbana de 10 kilómetros cuadrados, en parte rodeada del río Tigris.
Durante los primeros 14 meses de la ocupación militar estadunidense –de abril de 2003 a junio de 2004– fue utilizada como sede de la llamada autoridad provisional de la coalición
y luego del gobierno interino que entregó el poder a una entidad constitucional en mayo de 2005.
Los obuses cayeron cerca de la embajada de Estados Unidos –afectada por lo menos una vez por proyectiles de la resistencia iraquí a mediados de la década pasada– y de la Asamblea Legislativa, actualmente en funciones.
Las detonaciones se escucharon mientras que el primer ministro Nuri Maliki –un chiíta, miembro del partido que domina al Parlamento– y altos oficiales del ejército observaban el paso de tropas en un estadio situado dentro de la zona verde, a la que solamente se puede ingresar por algunos puntos de control militar.
El ejército iraquí está aún en vías de reconstrucción, luego que Washington ordenó su desmantelamiento tras la invasión en 2003.
Hasta octubre pasado, la fuerza terrestre contaba con 279 mil soldados, según la oficina del inspector general para la reconstrucción de Irak, entidad estadunidense encargada de vigilar la utilización de los recursos de Washington en el gobierno iraquí. Bagdad compró tanques Abrams que sirvieron para la ocupación del territorio iraquí y solicitó aviones de guerra F-16, aún por ser entregados.
El ataque de morteros se suscitó un día después de que una ola de atentados contra varias comunidades chiítas fueron cometidos en Bagdad por presuntos miembros de la minoría sunita, gobernante en el periodo previo a la invasión. Un total de 74 personas murieron por el estallido de bombas.
Este viernes, en el barrio Dora del sur de la capital, dos chiítas más murieron a consecuencia de la explosión de un artefacto escondido entre dos puentes, durante una aparente continuación de las agresiones provenientes de sunitas.
Ataques entre sunitas y chiítas han sido una constante en Irak desde que se preparaba la formación del gobierno constitucional entre 2004 y 2005, y en los años posteriores, inclusive en 2011, cuando se retiraron las tropas estadunidenses.
En Kabul, donde Estados Unidos mantiene unos 150 mil soldados, la oficina del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, confirmó la versión de que el talibán –la fuerza político-militar derrocada con la invasión de 2001– pidió el traslado de prisioneros de Guantánamo a Qatar, pequeño país árabe de la península Arábiga.
La solicitud fue resultado de negociaciones realizadas el año pasado por delegados estadunidenses y talibanes, que además buscan establecer una oficina de representación en el emirato, una monarquía absoluta.