Mejorar ingresos y salud, entre las peticiones de la gente
Jueves 29 de diciembre de 2011, p. 28
En el templo de San Hipólito, lugar donde se acude a venerar a San Judas Tadeo los días 28 de cada mes, no todo es cuestión de fe, sino también de esperanza. La gente hace promesas y las cumple, pide al santo patrono de las causas perdidas lo que otros no pueden darles: trabajo, justicia, amor; en conclusión: una vida mejor.
A pie, en Metro o autobús miles de personas con su imagen de yeso o cuadro de San Judas Tadeo acudieron al recinto religioso, ubicado en la esquina de avenida Hidalgo y la calle de Zarco, en busca de que el próximo año su situación económica mejore, se libren de una enfermedad o sus hijos se alejen de las drogas o de las malas compañías que los han llevado a delinquir.
Azucena es una mujer de 35 años; con su pequeño hijo en brazos mira a la gente pasar y por doquier reparte dulces como ofrenda
para San Judas, a quien agradece que su madre ya no esté enferma y le pide trabajo para sacar adelante a sus dos niños: es madre soltera.
También hubo quienes para pagar su manda llegaron a pie a la iglesia de San Hipólito, lo cual les implicó hasta cinco horas de camino. La fe y la esperanza te mueven, principalmente cuando te hizo el milagro de sacar adelante a un familiar o conseguir trabajo después de meses de tocar puertas sin éxito
, comentó Lucía Torres, quien a sus 46 años tiene un empleo bien remunerado.
Francisco Molina, de 69 años, sostiene en las manos, marcadas por el trabajo en el campo, un San Judas Tadeo de casi dos metros de alto. Es de Huixquilucan, estado de México, y caminó hasta el templo para pedir al santo de su devoción que se haga justicia
y salga su hijo de la cárcel, donde está acusado de homicidio, sin pruebas
.
Mientras, en una esquina afuera del templo espera Carmen. Porta un sombrero para cubrirse del sol y carga un enorme ramo de rosas. Son nueve años los que lleva visitando cada mes a su santito adorado
. San Judas, dice, le salvó la vida a su hija y a sus nietas gemelas. Al ser un embarazo de alto riesgo los médicos no le daban esperanzas, por eso desde ese día, cuando le pedí que no se las llevara y me cumplió, no le fallo, y aquí estoy cada 28
, afirmó.
Pero para Carla, Zayuri y Talía, a sus 14 años, venir a ver a San Judas cuando están de vacaciones es una costumbre heredada de familia; ellas sólo piden una cosa: amor. A San Judas si le pides novio también te lo da
, afirmaron sonrientes.
Para todos ellos lo cansado o molesto de la travesía, que en muchos casos les significó alrededor de dos horas en transporte público, entre apretujones, recordatorios familiares y golpes, no les afecta.
Los integrantes de la familia Pérez expresaron también su agradecimiento a San Judas por todos los favores recibidos en el año. Nunca faltamos y sobre todo este 28 de diciembre, porque es una forma de cerrar bien el año, de dejar atrás los problemas vividos, y aprovechamos nuestra visita para convivir y confiar en que las cosas el próximo año mejorarán aunque algunos de nosotros, por la edad, ya no estaremos
, dijeron los integrantes de la familia Pérez.