Martes 20 de diciembre de 2011, p. 23
Manila. Al menos 950 muertos y un número indeterminado de desaparecidos dejó el paso del tifón Washi en Filipinas. La mayoría de las víctimas fatales ocurrieron en las devastadas ciudades portuarias de Cagayán de Oro y de Iligand, en la sureña isla de Mindanao, cuando sus casas fueron arrastradas por el agua mientras dormían. Las autoridades enviaron agua potable y sacos para cadáveres a las ciudades afectadas. Según la Cruz Roja, las funerarias no se dan abasto, por lo que los socorristas comenzaron a cavar fosas colectivas para los numerosos cuerpos que no fueron identificados, según autoridades locales. Además, los esfuerzos principales se centran en encontrar a los desaparecidos y restablecer los servicios básicos como luz y agua. El gobierno dijo que cerca de 143 mil personas se vieron afectadas por las inundaciones y deslaves. De esa cifra, unas 45 mil se encuentran en refugios y el resto con familiares. Está previsto que el presidente Benigno Aquino III visite este martes las dos ciudades portuarias y sea informado sobre la devastación. Por lo pronto, agencias internacionales enviaron ayer bolsas para dormir, comida, agua y medicinas a los centros de refugio.