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Hilo discursivo de su mensaje durante el acto de unción como candidato del PRI

Busca Peña Nieto reivindicación ante sus recientes dislates y olvidos

Para justificarse, recordó que hay desempleo, falta de oportunidades y mujeres sin ocupación

Dijo que aun cuando no empieza la campaña, ya empezaron los ataques de los adversarios

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En el acto de recepción de la constancia que lo acredita como candidato del tricolorFoto José Antonio López
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Joaquín Gamboa Pascoe, Francisco Rojas, Manlio Fabio Beltrones, Luis Videgaray y Beatriz Paredes, en la primera fila del templete en la explanada de la sede del PRIFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de diciembre de 2011, p. 5

Ya con el documento en sus manos que lo acredita como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto busca sacar partido de sus recientes dislates sobre libros y precios y hacer con ellos su fortaleza retórica: “Podré no recordar el nombre de algún autor (…) lo que no se me olvida es la violencia, la pobreza y la desesperanza que vive México.”

Y dicho eso, toma ese yerro de no haber acertado a citar el título de tres obras en la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y el a mí no se me olvida se convierte en su hilo discursivo, en un intento por dar vuelta a esa página, aunque para muchos reunidos ayer en la explanada del PRI, esa fórmula resulte poco afortunada.

Pero así lo eligió él, y ahora se sabe lo presente que también tiene en su memoria el estancamiento económico, el desempleo y la falta de oportunidades que imperan en el país. También, que más de 50 millones de mexicanos viven lamentablemente en la pobreza, y el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos por el ataque impune de los militares.

Y no olvida tampoco –¡no señores!– la mirada desesperada de la mujer que mantiene el hogar y no encuentra un empleo y su impotencia por no poder llevar sustento para sus hijos.

Había llegado al lugar asediado por sus seguidores, entre el ruido ensordecedor de batucadas y acompañado de lo que en los géneros musicales se conoce como simphony power. Leída la resolución de su candidatura, subió al escenario visiblemente conmovido. Mostró el documento a los fotógrafos, dirigió saludos a la multitud y a la dirigencia de su partido y envió señales de triunfo en forma de abrazos y con el pulgar hacia arriba.

Después –desde un podio elaborado sólo para él y que al fin de la ceremonia quedó abandonado, lo que aprovecharon algunos de la juventud priísta para tomarse fotos– dirigió un mensaje de 15 minutos en el cual citó a Luis Donaldo Colosio. Esta vez, y aunque ahí estaban, no mencionó a su familia.

Casi de entrada, pidió a la militancia del PRI madurez y no caer en provocaciones ni en la guerra sucia, con la que otros pretenden confundir a la sociedad.

Porque si bien –señaló– la campaña electoral aún no ha iniciado formalmente, los ataques de nuestros adversarios ya empezaron, porque eso es lo único que ellos pueden ofrecer a México.

Y entonces pasó a los no me olvido, para citar a los jóvenes con estudios pero sin empleo digno, y de aquello que, aseguró, debe tener presente todo gobernante: escuchar a la gente, asumir plenamente sus responsabilidades y cumplir con sus compromisos.

Fue el de ayer un mitin de menos dimensiones y duración que el organizado el pasado 27 de noviembre cuando se registró como aspirante único a la candidatura. Hoy sí acudió Manlio Fabio Beltrones, quien ocupó primera fila en el templete de la izquierda (uno de los tres instalados para la ocasión) junto a Beatriz Paredes y Luis Videgaray, éste sin otro cargo que coordinador de campaña.

El diputado con licencia es ya uno de los más solicitados por los priístas. El, se veía ayer de lejos, correspondía sólo con parcos abrazos y distantes saludos. Sólo enrojecía su rostro y batía sus palmas con fuerza cuando había que aclamar a su jefe.

También y quizá más que ningún otro priísta, Videgaray seguía puntual y atento cada frase del único discurso escuchado ayer –el de Peña Nieto– en la ceremonia con la cual la Comisión Nacional de Procesos Internos (ahora presidida por el hidalguense Jesús Murillo Karam) acreditaba la validez del registro de Peña Nieto.

Sin duda para ambos políticos y a falta de mayor experiencia en el ámbito federal, las prendas para presumir eficiencia sólo tienen un nombre: estado de México.

A partir de haber gobernado esa entidad, Enrique Peña deriva todas sus referencias, y las usó ayer de nuevo, para asegurar que ya como presidente no olvidaré que México merece paz y tranquilidad, así como la urgencia por lograr una auténtica reconciliación nacional, por impulsar el empleo y por aprovechar el gran potencial de nuestro país y de todos los mexicanos.

No olvidará tampoco –machacaba– defender a México. Y, de inmediato, endosa el ejercicio de la buena memoria a todo el PRI. Esas, las enumeradas antes, aseguró, son las causas que los priístas no olvidamos, las (mismas) que desde el gobierno o en la oposición hemos defendido.

Así, para el candidato del PRI, el país debe renovarse en todos los ámbitos. No podemos seguir por un camino equivocado y mucho menos optar por ilusiones engañosas porque, además, México no puede perder más tiempo

Aseguró también: Vamos a ganar la elección de julio de 2012 de manera clara y contundente, con un triunfo inobjetable, no por orgullo personal ni partidista, sino por el bien de todo México.

Y de nuevo al no olvido, esta vez en relación con el daño que puede generar la división y el encono entre mexicanos, a colocar los intereses del país por encima de los partidistas y a la audacia y el optimismo para emprender las transformaciones del país.

Su trabajo en los próximos meses, prometió, será lograr el triunfo en las urnas, pero también, y sobre todo, vamos a levantarle el ánimo a todo México.

En el templete de la derecha, lejos de la mirada de la prensa, los gobernadores del PRI también vuelven a congratularse por haber logrado que quien hasta hace poco fuera uno de los suyos, esté ahora en la contienda presidencial.

Y cuando todo concluye, salen presurosos, apenas con algunas declaraciones y frases sueltas sobre los problemas de su entidad y dejan todos los reflectores para Peña Nieto.

Todos buscan la salida, menos los aguerridos porristas de Ciudad Neza que no cesan las porras, las parodias, los bailes enmascarados para el candidato presidencial, como ya tienen años haciéndolo para otros aspirantes priístas en los diversos ámbitos electorales.

Pero, apenas una hora después, Peña Nieto y varios de los que lucían felices en la ceremonia de unción empezarían otro calvario, otra tragicomedia de enredos con la falsa noticia esparcida incluso por el propio mexiquense sobre la muerte del ex presidente Miguel de la Madrid.

Y otra vez el Twitter.