Rafael Navarro, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, asesor de la misión
Recolectará muestras de material orgánico que analizará en su propio laboratorio, explicó el especialista, cuyos trabajos fueron cruciales para el diseño de los experimentos del aparato
Miércoles 7 de diciembre de 2011, p. 2
La NASA empezó una nueva aventura científica con el objetivo de hallar material orgánico en Marte que ofrezca pistas de la existencia de vida presente o pasada en el planeta rojo.
En esta misión participa el mexicano Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien colabora como asesor científico de la misión Curiosity, que despegó de Cabo Cañaveral el pasado 26 de noviembre y se estima que arribe a la superficie marciana, específicamente en el cráter Gale, el 6 de agosto de 2012.
En entrevista telefónica desde la sede de la NASA, en Florida, Estados Unidos, el académico universitario manifestó a La Jornada que, a diferencia de misiones anteriores, el Curiosity es un robot más avanzado. Posee un laboratorio químico, llamado Análisis de Muestras de Marte (SAM, por sus siglas en inglés), que se encargará de verificar y analizar la superficie del planeta vecino para determinar si el ambiente fue o es propicio para albergar vida microbiana.
La tecnología cuenta con un sistema de fracción para obtener los compuestos orgánicos, que se tratarán en un horno para hacerlos volátiles; luego serán detectados por un cromógrafo de gases y un espectrómetro de masas, explicó Navarro González.
Este laboratorio buscará identificar si se trata de compuestos orgánicos de origen biológico (relacionados con la vida) o abiótico (que pudieron llegar a suelo marciano por otros fenómenos). Las misiones anteriores no han encontrado estos compuestos en Marte, pero los estudios que hemos realizado sugieren que sí existen.
Se espera que el robot, de tamaño similar al de un auto pequeño, con un peso de alrededor de tonelada y media, envíe información que ayude a los científicos a determinar si hay o hubo vida en el planeta rojo.
El Mars Sience Laboratory o Curiosity es un vehículo robot casi cinco veces más pesado que sus predecesores, Spirit y Oportunity, los cuales se lanzaron en 2003.
Tiene una cámara con un sensor que le permitirá identificar los minerales presentes en la superficie marciana a partir de la luz que se refleje en el terreno, además de tomar fotografías y video de alta definición y localizar sitios adecuados para tomar muestras, que se obtendrán taladrando el suelo para estudiar estratos más profundos que las misiones anteriores.
También se tomarán muestras de la superficie con una pala, y de las rocas. Todas las pruebas se llevarán a cabo en el interior del Curiosity.
El robot, capaz de pasar sobre obstáculos hasta de 65 centímetros de altura, podrá recorrer alrededor de 200 metros del terreno marciano al día. Obtiene energía de un isótopo radiactivo, de manera que no depende de la energía solar y, por tanto, no tendrá que detener sus actividades durante la noche.
A diferencia de las misiones anteriores, en ésta el robot podrá recorrer la superficie. Analizará más de 40 muestras del suelo marciano y rocas que nos permitirán identificar si hay compuestos orgánicos.
El investigador del ICN explicó que el robot se lanzó en el periodo en el que el planeta rojo está más cerca de la Tierra (entre el 25 de noviembre y el 18 de diciembre). Agregó que será la expedición que más rápido llegará a su destino, donde operará dos años.
El aparato tiene comandos que le dan instrucciones de las actividades diarias: empezará el día con un recorrido por la superficie, tomará fotos y analizará las muestras de manera remota, y durante la noche procesará datos y enviará la información a satélites que orbitan Marte, los cuales a su vez mandarán información a la Tierra.
El universitario detalló que los compuestos orgánicos pueden generarse de dos formas: los abióticos, que surgen por procesos naturales como la luz ultravioleta, descargas eléctricas que pudieron ocurrir en tormentas de arena o eléctricas (ya que en el pasado llovía en el planeta rojo); o bien los que fueron dejados en la superficie del planeta por asteroides o cometas. La otra opción es que se trate de compuestos orgánicos biológicos que se formaron por seres vivos que existieron en el pasado.
Previsiones
De acuerdo con información de la unidad de difusión del ICN de la UNAM, para determinar si hubo o hay vida en Marte es necesario saber si existe materia orgánica en la superficie. Las investigaciones de Navarro fueron cruciales para el diseño de los experimentos que realizará Curiosity.
El investigador expresó que existen previsiones de que en algunos puntos del sistema solar pudo haber alguna forma de vida en el pasado. Además de Marte, también se ha señalado a uno de los satélites naturales de Júpiter y Saturno. Pero están muy lejos; enviar una misión astrobiológica sería muy complicada, tardaría más de 10 años en llegar a esos lugares. De todos los sitios posibles, Marte es el más cercano; además es un planeta que era muy similar al nuestro en el pasado
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