Arandas, Jal., 3 de diciembre. Frente al embate de grandes corporativos trasnacionales, que poco a poco han penetrado cada vez más la industria tequilera, la estrategia del director general de Casa Centinela, José Hernández, es clara: mantener la tradición en la elaboración que data desde hace 104 años; cuidar a la gente, los arandenses que participan en la elaboración del producto, posicionarse en los primeros cuatro lugares del mercado nacional y buscar una expansión hacia el exterior sin descuidar el abasto local.

Como saben que no venderemos ni se nos acercan posibles interesados en adquirir Casa Centinela, a varios ya les hemos dicho que no. José Hernández Fonseca hace la afirmación enmarcado en una extensa bodega, la más grande de América Latina, de poco más de 20 mil metros cuadrados –dos hectáreas– donde reposan 56 mil barricas de 200 litros cada una.

Capital ciento por ciento mexicano

El camino, relata, lo marcó su padre, Pepe, a quien no le importaban los modernos procesos de industrialización. Para él, recuerda, primero está la gente, desde los jimadores hasta quienes se encargan del empacado de las botellas y que bien pudieran ser sustituidos por un sistema automatizado, o como las levaduras utilizadas en el proceso de elaboración, que se producen mediante medios propios.

Tequila Centinela es una de las destilerías de Arandas, Jalisco, más emblemáticas. Se mantiene como una de las pocas con capital 100 por ciento mexicano y que busca abrir más mercados para el producto sin que los consumidores nacionales tengan que conformarse con otras marcas.

Fundada en 1904, Tequila Centinela es una empresa que en la actualidad genera cerca de 600 empleos directos y unos mil indirectos. Sus marcas emblemáticas son el popular Cabrito, Tequila Centinela y Tres años, que actualmente se encuentran en un proceso de renovación en su imagen para hacerlas más atractivas al consumidor. Tiene cultivos de agave azul tequilana Weber en una extensión superior a las 2 mil hectáreas.

En la actualidad la firma comercializa más de un millón de cajas anualmente. Eso implica 9 millones de botellas de 750 mililitros, casi 14 por ciento del mercado nacional, y sólo 3 por ciento se dedica a la exportación. Ya se tienen concertadas alianzas estratégicas con empresas que comparten la filosofía de manejar portafolios de productos de calidad, comentó por su parte José Sandoval, director de comercio exterior de la compañía.

Ahora ya no sólo la exportación a Estados Unidos despierta interés, también son otros países, como España, Inglaterra, Holanda y hasta otras naciones de Europa del este.

Necesario, reducir la carga fiscal

Manuel Cáliz, director comercial de la firma, adelantó que para 2012 a través de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera realizarán una campaña de cabildeo entre legisladores para reducir la carga impositiva del tequila que actualmente se aplica en cascada: 53 por ciento de impuesto sobre producción y servicios (IEPS) más 16 por ciento del impuesto al valor agregado (IVA). Esto, afirma, pone en desventaja a la bebida nacional por excelencia frente a otros destilados. No hay ninguna consideración, no existe ningún diferencial frente a productos importados, cuando se supone que debería apoyarse a la industria nacional, remarca.

Refiere que a través del organismo gremial cuentan con un estudio que demuestra que con una reducción de impuestos no sólo no disminuiría la captación tributaria, sino que se ampliaría en alrededor de mil millones de pesos anualmente.