El incremento de la pobreza en México –equiparado al de Honduras– es resultado del fracaso de las políticas públicas aplicadas por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Diputados de PRI y PRD consideraron que el jefe del Ejecutivo, su gobierno y su partido utilizan la persistencia de la marginación como anzuelo electoral.

Esthela Damián Peralta, presidenta de la Comisión de Vigilancia, adujo que ahora la pobreza también es evidente en las franjas de la clase media porque en el gobierno federal ha habido planeación deliberada para no combatir la pobreza; ha existido una política de combate a la violencia que contrasta con el combate a la pauperización. Si se sigue un rumbo como el que Calderón ha dictado y no se invierte en programas de abatimiento el país seguirá un rumbo de crisis.

La representante perredista adujo que la expectativa gubernamental deberá ser disminuir la franja de la pobreza para generar más consumo, con empleo, mejor educación y no con medidas punitivas.

La política social no tiene un diagnóstico de fondo; si lo que se aplica va en dirección correcta, desde la cuenta pública, la certeza que tenemos después de la evaluación al desempeño, ni con el PRI ni con el PAN hemos tenido una política de resolución de la pobreza. Las auditorías lo dicen, lo manifiestan, que en los últimos 25 años el nivel de pobreza no sólo se mantiene, sino crece.

También, el priísta Felipe Solís Acero, presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias consideró que el informe de la Cepal “refleja otra vertiente de fracaso de este gobierno, pues ha sido monotemático con el asunto de inseguridad y el enfrentamiento al crimen organizado. Ha descuidado otros temas de gran relevancia para la vida futura del país, y uno de ellos es el combate a la pobreza y el fomento de empleo.

Calderón ofreció hace seis años ser el presidente del empleo, pero hay un grave deterioro de la población económicamente activa. Ha favorecido la desocupación y alienta la informalidad, la gratificación pública en la calle, y el apoyo de familiares, y con todo esto se alimenta la migración de sectores de la sociedad hacia la delincuencia.

Le restan 12 meses a la administración calderonista y ha demostrado que tiene poco interés en ese tema, y cuando lo observa lo hace con preocupación estrictamente electoral, aseguró Solís Acero.

Para el perredista Mauricio Toledo, secretario de la Comisión de Hacienda, el gobierno de Calderón pasará a la historia como el fracaso más grande en la aplicación de las políticas públicas dirigidas a resolver el ominoso problema de la pobreza social y económica en México. Quería ser el presidente del empleo, pero será el que condujo al país a un estado de inestabilidad y crisis institucional.