Con telas de colores, hilo y aguja, Valeria Gallo ilustra sueños protagonizados, en su mayoría, por inolvidables mujeres de ojos grandes. Se trata de imágenes que no sólo da gusto ver, sino que despiertan la curiosidad: ¿Se pueden tocar?, ¿es un dibujo?, ¿son reales?

Tres de sus obras merecieron el primer lugar del concurso XXI Catálogo de Ilustradores de Publicaciones Infantiles y Juveniles, que se convoca a propósito de la realización de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Titulado El Acabose, la pieza es en realidad un tríptico que al unirse forma el cuerpo de una enorme mujer, con un marido triste, azul y pequeño, que se esconde en sus faldas, aunque al final él huye de su lado.

Hay pocos ilustradores trabajando con tela, principalmente conozco la labor de mujeres. Me gusta dibujar con hilo, es el resultado de un proceso en el que llevo ya dos años, primero hice unas muñecas, tengo cinco diseños. Me gustó tanto bordar la expresión de sus rostros con el hilo, es como si usara tinta china o lápiz, que me enamoré del material, explica Valeria, egresada de la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Sociedad de ilustradores

Con 10 años de carrera profesional, además de ilustrar libros, en su mayoría infantiles, para distintas editoriales en México y España, también realiza cortometrajes de animación. Con la editorial SM publicó en 2005 un libro titulado Nunca es demasiado circo.

Valeria considera que en el país existe en la actualidad una generación muy activa de ilustradores jóvenes, pero “no hay mucho apoyo, las tarifas que pagan las editoriales son muy bajas. Hace poco nos reunimos varios colegas con la idea de conformar una sociedad mexicana de ilustradores, que hasta ahora no existe.

Serie de Valeria Gallo titulada El AcaboseFoto cortesía de la ilustradora

“Hay asociaciones de moneros, de fotógrafos, obviamente de artistas plásticos. La abogada que nos asesora inclusive nos decía que legalmente no existe el término ilustrador. La tirada es ir armando el ambiente para que estemos más protegidos, porque al fin de cuentas pagamos impuestos como todos, pero no podemos hacerlo como los artistas plásticos que pagan con obra.

Además, a nosotros generalmente nos dan un solo pago, es rara la editorial que nos da regalías, siendo que un ilustrador de un libro-álbum es coautor. Son cosas que a partir de la asociación se van a ir ganando.

Después del auge de la ilustración por computadora que se vivió hace un par de años, Valeria señala que se está regresando a las técnicas tradicionales: “antes, por todos lados veías trabajos hechos con programas computacionales, muchos en tercera dimensión o todos plasticosos, pero los ilustradores europeos, así como los argentinos y chilenos están ya usando mucho el collage, con la ventaja de que se puede combinar con la técnica digital, hay quienes usan tornillos, cajas, y luego fotografían el trabajo. Lo importante es que el resultado no sea algo frío o lejano.

Como ilustrador es fundamental saber dibujar. En mi caso, también me enfoco en la creación de personajes, eso es lo que más me gusta y más se me da. Y por supuesto en la textura, eso da la emotividad. Lo que no quiero es clavarme en un estilo, me gusta experimentar, además de seguir con la tela me gustaría hacer grabado, concluye Gallo.