El estado es más seguro; le entramos al asunto con firmeza, dice
El gobierno venía creciendo exponencialmente en su estructura; presupuestalmente resultaba ineficiente, así que eliminamos 18 organismos públicos descentralizados por considerar que duplicaban funciones
Lunes 14 de noviembre de 2011, p. 12
Xalapa, Ver., 13 de noviembre. Javier Duarte de Ochoa es un economista de 38 años que desde diciembre del año pasado conduce las riendas de Veracruz. Miembro de una generación de gobernadores priístas jóvenes, reconoce que ha tomado medidas difíciles
, impopulares
para un político, como adelgazar el obeso
aparato estatal que heredó o imponer el pago de tenencia para los vehículos de lujo, porque un gobernante cuando tiene como objetivo ser popular no necesariamente es el mejor. Puedo decir que no busco ser el gobernador más popular; quiero ser el mejor gobernador que haya tenido Veracruz
.
En materia de seguridad, Veracruz estuvo los meses recientes en el ojo del huracán, con 35 cuerpos tirados en la vía pública: “Es paradójico –dice el gobernador–, porque, aunque parece que estamos peor, estamos mejor. Tomamos la decisión correcta. Le entramos al asunto con firmeza y determinación. Hoy las bandas delictivas saben que sus actividades tienen consecuencias.”
–Llegó al gobierno en una etapa muy difícil. Hay problemas económicos y de seguridad muy fuertes.
–Las condiciones son muy complejas por circunstancias de índole estatal y nacional. Pero ha sido un año que me permitió sentar las bases para un futuro de prosperidad. A partir de un diagnóstico se tomaron medidas que nos permitirán avanzar con un cimiento sólido, aunque algunas no han sido muy populares.
El gobierno venía creciendo exponencialmente en su estructura. Presupuestalmente resultaba ineficiente. Un gobierno obeso, que no correspondía a la necesidad de tener recursos para la inversión pública y generación de empleos. Tomé una de las decisiones más difíciles de mi vida profesional: eliminamos 18 organismos públicos descentralizados por considerar que estaban duplicando funciones y entorpecían algunos procesos de gobierno.
–¿También creó un impuesto?
–En materia de ingresos –a partir del diagnóstico de la situación del estado– se tomó una de las decisiones más impopulares que un político o servidor público puede tomar. A veces las medidas impopulares reflejan el grado de responsabilidad del gobernante. Lo vimos con el tema Grecia hace unos días. Un gobernante, cuando tiene como objetivo ser popular, no necesariamente es el mejor. En mi caso puedo decir que no busco ser el gobernador más popular: quiero ser el mejor gobernador que haya tenido Veracruz; por eso he tomado medidas muy duras.
“Los vehículos que tengan un precio inferior a 230 mil pesos estarán exentos del pago de tenencia, y los recursos que se van a captar a partir del próximo año por el pago de los vehículos de lujo serán administrados por un fideicomiso público en el que participan el gobierno, la legislatura, los ayuntamientos y la iniciativa privada. Son recursos etiquetados para dos rubros: desarrollo social, es decir, combate a la pobreza, y seguridad pública. Son alrededor de mil millones de pesos que se captarán anualmente: 500 para infraestructura urbana, carreteras, obra hidráulica y apoyo para comunidades de alta marginación, y la otra parte será para equipamiento y capacitación de las corporaciones policiacas. Pueden parecer medidas impopulares, pero al final son medidas responsables.
En el tema financiero, estabilizamos los ingresos y los egresos; restructuramos la deuda pública.
El gobernador recuerda que su formación de economista lo llevó a tener, antes de tomar todas estas medidas, un diagnóstico y un programa.
–¿De cuánto es la deuda de Veracruz?
–En este momento estamos en un proceso de restructuración. La deuda directa es de 10 mil millones de pesos, y de 6 mil millones en recursos bursatilizados. Hay que considerar que los ingresos anuales de Veracruz están por encima de los 82 mil millones de pesos. Además de los 10 mil millones de pesos, restructuramos otros dos que teníamos de corto plazo. Por otro lado, juntamos el pasivo contingente (todas las deudas con prestadores de servicios y proveedores que tiene el gobierno para su funcionamiento cotidiano), que significaba una bolsa de 17 mil millones de pesos. Juntamos los 12 mil millones de deuda pública directa y al final restructuramos 30 mil millones de pesos. Una restructura que fue puesta por Ernesto Cordero, cuando era secretario de Hacienda, como ejemplo a otros estados de lo que era una administración responsable.
–No le gusta el populismo. ¿Cómo se atienden los problemas sociales?
–Consultamos a expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), me entrevisté con los padres del Pronasol –Carlos Salinas y Carlos Rojas–, para analizar los elementos que necesita un programa de desarrollo social que cumpla con el objetivo de combatir la pobreza y la marginación. Así nació Adelante. Es un programa que coordina a otros 300, a todos los que involucran al ciudadano con el gobierno. Su eje es la corresponsabilidad. No es asistencialista, no es dar cheques nada más porque sí. Yo te doy algo, pero tú a cambio estás obligado a hacer algo. No sólo por ser pobre eres merecedor de un apoyo. Si tú cumples ciertos requisitos te doy la beca; si tus hijos están en la escuela, te doy el apoyo; si tus hijos están vacunados, inscritos en el Seguro Popular, te doy el apoyo... es decir, es una política social inducida, mediante un esquema de castigos y recompensas.
“Hay 400 mil familias inscritas en el programa. Hemos venido midiendo las variables de desarrollo social y hemos venido creciendo. Me siento muy orgulloso, porque no hay nada más importante para un gobierno que apoyar a los que más lo necesitan, el poder hacer más parejo el piso en la sociedad.
“Pero además, en los primeros meses de la administración llevamos más de 50 mil empleos nuevos, que hablan de 50 mil familias con ingresos permanentes, seguridad social, empleos que generan desarrollo económico, porque un empleo es un círculo virtuoso. Tenemos inversiones arriba de 30 mil millones. En el sur del estado hay capital brasileño de la empresa Braskem, con 3 mil 500 millones de dólares –todavía no invierten todo–; son recursos para construir la petroquímica Etileno XXI. Está Nestlé en la zona de Veracruz-Boca del Río; el grupo Techint Tenaris Tamsa, que está ampliando sus instalaciones y generando empleo.
En el norte se está ampliando el puerto profundo de Tuxpan; ahí participan TMM, SSA, ICA-Fluor; es una ampliación enorme, más las inversiones públicas. Pemex está llevando adelante el proyecto del aceite terciario del Golfo en el paleocanal de Chicontepec, en la Huasteca veracruzana, con más de tres mil pozos de perforación. Hay una gran derrama de las empresas contratistas.
–¿Cuál es el problema más fuerte en este momento, la seguridad?
–Todos los problemas son profundos: el de la economía, el de la administración, los sociales... Veracruz es un estado rico, la tasa de desempleo está muy por debajo de la media nacional: aquí es de 3.9 por ciento, y a escala nacional es 5.7 por ciento. Una economía tan sólida y unaentidad tan alegre es lamentablemente un estado atractivo para el crimen, para la delincuencia.
“Veracruz no escapa a esa circunstancia. Está inmerso en esa dinámica que es nacional. Conscientes de la triste realidad, desde el inicio de la administración externé todo mi respaldo, toda la disposición de coordinarme con el Presidente de la República. Nosotros solos no podíamos ante esta horda de criminales que vienen de distintos puntos del país y que encuentran tierra fértil en las colonias populares, en los muchachos que no tiene empleo.
“El Presidente, desde un inicio, nos apoyó con recursos, con efectivos de las fuerzas armadas de manera particular, y hemos tenido sus picos críticos, que se manifestaron con la aparición de 35 cadáveres. Pero lo peor era seguir viviendo en la circunstancia de no hacer nada por no hacer ruido. Tomamos la decisión correcta. Le entramos al asunto con firmeza y determinación, y el jefe del Ejecutivo federal nos puso como enlace a una institución con la que los veracruzanos nos sentimos muy identificados, porque muchos de los oficiales de la Armada de México son veracruzanos. La Escuela Naval está en Antón Lizardo. Hemos encontrado a los mejores aliados en los marinos, en el almirante Francisco Saynez y en todo su equipo de colaboradores. Tampoco quiero dejar atrás a la Secretaría de la Defensa; el general Guillermo Galván ha sido muy solidario con nosotros y los resultados están a la vista.
“Aquí hay una paradoja, porque por lo hechos de septiembre pasado, que nos pusieron como un referente hasta internacional en el tema de la violencia en México, parece que estamos peor, cuando estamos mejor. Hoy Veracruz es mucho más seguro. Hoy las bandas delictivas y los cárteles criminales saben que sus actividades tienen consecuencias. El impacto en la opinión pública ha sido muy fuerte, pero lo peor que podíamos hacer era no hacer nada.”