México podría solicitar ayuda de organismos internacionales para reforzar su sistema educativo, como hacen El Salvador, Guatemala y Honduras, afirmó el investigador y docente Eliseo Guajardo Ramos durante el primer Foro de Trabajadores de la Educación, realizado ayer en el Centro de Convenciones Tlatelolco, donde especialistas analizaron algunos de los retos del país en este ámbito.

En algunos estados del país –dijo–, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, hay niveles de rezago y pobreza similares a los de dichas naciones de Centroamérica (CA).

Como parte de una ponencia sobre la inclusión educativa y la descentralización del Distrito Federal, Guajardo señaló que, entre otros motivos, México no ha solicitado dicho apoyo debido a su pertenencia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entidad que además ha presionado para que el tema de la enseñanza sea considerado un asunto comercial, y no un derecho humano.

Por su parte, la académica Emma Rubio lamentó que el sector educativo sea un reflejo de la grave desigualdad social de México; indicó que a pesar de los esfuerzos en este ámbito, la cobertura todavía no ha alcanzado un nivel satisfactorio.

Además –señaló–, en muchos espacios sigue habiendo prejuicios y estereotipos de género que legitiman la subordinación de las mujeres con respecto a los hombres, y privan a muchas de ellas de la oportunidad de acceder a las escuelas.

La economista Odilia Ulloa hizo un balance de las reformas hechas hace poco más de tres años en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), que han provocado el desmantelamiento de su régimen de pensiones, afectando así a miles de profesores en todo el país.

Consideró que con dichos cambios los trabajadores pasaron de un sistema de jubilación solidario, redistributivo e integral, a uno en manos de instituciones privadas y basado únicamente en los esfuerzos individuales.