Bangkok, 1° de noviembre. Las autoridades en la capital tailandesa, Bangkok, insistían este martes en que no podían aliviar la crisis por las inundaciones para todos en la ciudad, mientras crecía la irritación popular en las zonas ya inundadas, a raíz de la falta de ayuda oficial.

Aunque algunas áreas de la capital se mantienen secas, la situación es crítica en diversos distritos, donde vecinos protestan enérgicamente que sus casas han sido sacrificadas para salvar a las zonas centrales de la ciudad.

Las peores inundaciones en Tailandia en varias décadas, provocadas por unas lluvias inusualmente pesadas de la temporada de monzones, ya dejaron un saldo de 380 personas muertas y afectaron las viviendas y la vida de millones de otros ciudadanos en todo el país.

La primera ministra Yingluck Shinawatra y las autoridades locales en Bangkok han mantenido disputas públicas sobre la cantidad de agua que debería ser canalizada a través de compuertas hacia el norte de la capital para aliviar la presión en las comunidades inundadas.

El lunes Yingluck cedió a las demandas de los manifestantes y ordenó que una compuerta en el distrito de Khlong Sam Wa fuera elevada un metro para permitir el paso de agua y aliviar la zona vecina.

Sin embargo, el gobernador de Bangkok, Sukhumbhand Paribatra, advirtió el martes que esa decisión podría dejar otras áreas de la ciudad, incluyendo a la zona industrial, ante el riesgo de inundaciones si otras compuertas más al norte no eran cerradas completamente.

El funcionario añadió que aunque comprende la lucha de los vecinos contra las aguas, debía considerar el contexto general y mantener seco al corazón económico y político de la ciudad.

A veces tengo que ser duro con las demandas de la minoría en beneficio de la mayoría, dijo el gobernador en una conferencia de prensa.

El centro de Bangkok ha quedado casi por completo a salvo de una enorme inundación después de que fueron instaladas barreras a lo largo del río Chao Phraya, que permitieron evitar un desborde del agua durante la alta marea de primavera, el pasado fin de semana. Pero en distritos como en Bang Phlat, a apenas 5 km del centro de Bangkok, algunas casas resultaron seriamente dañadas y las calles se convirtieron en canales de agua sucia, sin que haya previsiones de ayuda oficial.

Quiero que el gobierno venga a ayudarnos. Hemos pedido ayuda, pero nadie vino. Hemos pedido botes, comida, medicinas, pero no vino nada, dijo Pailin Sontana, de 58 años, mientras caminaba sumergido hasta la cintura en una espesa agua de color marrón.

Jate Sopitpongstorn, portavoz de la Administración Metropolitana de Bangkok, dijo que fueron incapaces de ayudar a todos porque diversos vecinos se negaron a dejar sus casas para quedarse en nuestros refugios.

Tenemos un limitado número de vehículos y botes de las Fuerzas Armadas y no podemos llegar a cada calle para distribuir comida y agua tres veces al día, dijo.