La Habana, 31 de octubre. El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, celebró la hazaña lograda por los deportistas de su país, quienes concluyeron en el segundo lugar general de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, y criticó a los mercachifles del deporte que, dijo, han dejado muy atrás los sueños del creador del olimpismo.

Horas después de la clausura de las competencias, Castro escribió un artículo al respecto en el portal de Internet Cuba Debate. En el texto remarcó que su país, que cuenta con 11 millones de habitantes, logró un rendimiento destacado y proporcionalmente superior al de Estados Unidos, país cuya población ronda los 308 millones de personas.

Estados Unidos, a pesar de poseer aproximadamente 27 veces más habitantes que Cuba, sólo pudo obtener 1.58 veces más títulos y las correspondientes medallas de oro que Cuba, la cual alcanzó 58, afirmó el líder cubano, en referencia a las 136 preseas que consiguió su país (58 de oro, 35 de plata y 43 de bronce) y le valieron el segundo puesto, mientras los estadunidenses concluyeron en el primero, con 236 (92 de oro, 79 de plata y 65 de bronce).

Aunque celebró el logro del deporte cubano, alertó que a pesar de las victorias, que enorgullecen a nuestro pueblo, tenemos el deber de seguir superándonos.

Por otra parte, Castro Ruz recordó los orígenes del olimpismo que inició el barón Pierre de Coubertin, aristócrata francés del siglo XIX.

Lo más importante del movimiento es la concepción del deporte como instrumento de educación, salud y amistad entre los pueblos; un antídoto real a vicios como las drogas, el consumo de tabacos, el abuso de bebidas alcohólicas y los actos de violencia que tanto afectan a la sociedad humana, dijo, y lamentó que las trasnacionales del deporte tarifado han dejado atrás los sueños del creador del olimpismo.

Y aunque en Guadalajara 2011 no se reportaron deserciones en la delegación de su país, denunció que en reiteradas ocasiones Cuba ha tenido que enfrentarse a los zarpazos de esos mercachifles del deporte rentado que ofrecen fabulosas sumas a los atletas cubanos y en ocasiones privan al pueblo de su presencia con esos groseros actos de piratería.