Se requiere un evento tremendamente catastrófico para afectar al sistema financiero que opera en el país, manifestó el gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens Carstens.

Al presentar el reporte sobre el sistema financiero a septiembre, el funcionario identificó como eventos tremendamente catastróficos la posibilidad de que se profundice mucho más la crisis soberana en Europa y se agrave la situación de los bancos acreedores en los países desarrollados.

Incómodo cuando se requirió su opinión sobre la afirmación del ex presidente Carlos Salinas de Gortari de que el país perdió soberanía desde que entregó el sistema de pagos a extranjeros, Carstens acotó: Todos los bancos que operan en México son bancos mexicanos, independientemente de que los dueños sean extranjeros. Tenemos la capacidad de regularlos y exigirles como a cualquier banco propiedad de mexicanos, y así lo haremos.

Una vez más el gobernador del Banco de México ponderó favorablemente la solidez de los fundamentos económicos del país: inflación controlada, balance externo equilibrado, finanzas públicas con un bajo nivel de deuda y un sistema financiero solvente.

Sin embargo, esto no significa que el país no pueda ser afectado por el entorno crítico internacional, como ya lo muestran algunos indicadores que sugieren una posible moderación del ritmo de expansión de la economía mexicana, señaló.

En el balance de riesgos identificó cuatro vías de contagio que pueden afectar el sistema financiero que opera en el país: una es el impacto de un agravamiento de la crisis soberana de Europa sobre la solvencia y liquidez de los grandes bancos de esa zona, lo cual puede crear situaciones de iliquidez e interrupciones en el funcionamiento normal de los mercados financieros internacionales.

Esto a su vez conduce a una segunda amenaza para el sistema financiero y la economía mexicana, al provocar una reversión importante de los flujos de capital hacia las economías emergentes, es decir, una fuga masiva de capitales.

Un tercer riesgo proviene del efecto negativo de una reducción del crecimiento económico de Estados Unidos sobre la actividad del país. Un abanico de efectos se localiza en los impactos que las reformas financieras aprobadas por los países desarrollados pudieran tener sobre los bancos globales y las economías emergentes, con una presencia importante de filiales de bancos internacionales, como es el caso de México.

Sobre el repunte inflacionario de la primera quincena de octubre, Agustín Carstens dijo que para el Banco de México no fue sorpresa, pues estaba considerado el impacto del alza de las tarifas eléctricas por el término del subsidio.

Esa inflación, la mayor en una primera quincena de octubre en una década, no es un cambio de tendencia, afirmó. Aseguró que México tiene buena plataforma de crecimiento, que se podría aprovechar mejor con las reformas estructurales” pendientes de aprobación en el Congreso de la Unión.