Fuerzas federales y estatales detuvieron ayer a por lo menos 32 policías de los municipios de Cadereyta y Zuazua, Nuevo León, en operativos casi simultáneos, con la finalidad de detectar agentes relacionados con la delincuencia organizada y depurar las corporaciones.

En Cadereyta fueron arrestados el director de la policía, Rolando Natividad Ríos Reyna, y cuatro de sus escoltas. Asimismo, 16 agentes, ocho elementos de tránsito y dos jueces calificadores de la secretaría de vialidad municipal.

En Zuazua, unos 100 militares, policías federales y estatales arrestaron a tres oficiales y a un empleado del área administrativa. Los demás elementos –25–, que debieron presentarse durante el cambio de turno, no fueron a laborar.

En ambos casos los uniformados fueron trasladados a instalaciones de la policía ministerial del estado, donde horas después un grupo de mujeres se manifestó en protesta por no tener noticias de los detenidos en Zuazua.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que en el enfrentamiento del domingo contra presuntos criminales, en el municipio de Doctor González, fue abatido Gabriel Hernández, presunto jefe de plaza en los municipios de Higueras y Marín.

Además fueron aprehendidos tres sujetos que mataron y quemaron a cuatro hombres; les confiscaron seis armas, 45 cargadores, 480 cartuchos, dos vehículos y varias dosis de mariguana y cocaína.

En ese contexto, el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, anunció el apoyo de la Sedena para reforzar la vigilancia en los tres penales de la entidad, donde han ocurrido hechos violentos en semanas recientes.

Rechazó que la medida implique militarizar los centros penitenciarios, ya que, explicó, los elementos federales se ubicarán en las aduanas de las cárceles, en las entradas y salidas de vehículos y en los accesos principales a los penales.

De acuerdo con datos oficiales, en los tres reclusorios nuevoleoneses hay más de 8 mil 100 internos; existe una sobrepoblación de 36 por ciento.

Enfrentamiento en la sierra de Chihuahua

Al menos 12 hombres armados incursionaron en el poblado de San Juanito, en el municipio serrano de Bocoyna, Chihuahua –a unos 220 kilómetros de la capital del estado–, donde por 24 horas se apoderaron de los vehículos de la policía local.

Los agentes reportaron el incidente y recibieron apoyo de la policía ministerial de Creel y del Ejército. Juntos se enfrentaron 20 minutos contra los delincuentes, dejando saldo de cuatro pistoleros muertos y uno detenido, así como el decomiso de un arsenal y una camioneta.

Los agresores tomaron como rehenes a dos uniformados para huir de la localidad. Hasta el momento se desconoce el paradero de los agentes. La refriega ocurrió el domingo, pero fue dada a conocer este lunes.

La fiscalía general de Chihuahua reportó nueve asesinatos ligados al crimen organizado entre la noche del domingo y el lunes, entre ellos el del médico Rafael Trujillo Hernández, quien fue ultimado en la ciudad de Parral por un sujeto que se hizo pasar por paciente y cuando ingresó al consultorio lo mató.

Autoridades policiacas estatales dieron cuenta de otros 12 homicidios en Sinaloa, Zacatecas, Nayarit, Jalisco y Guerrero. Además, en el puerto sinaloense de Mazatlán un grupo de hombres tiroteó con rifles AK-47 el domicilio de Abelardo Sánchez, director de atención ciudadana del ayuntamiento; no hubo lesionados, sólo daños en la fachada del inmueble y en un vehículo.

Por otra parte, el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, presentó anoche un plan integral de seguridad para el estado, que por vez primera contará con un helicóptero, el cual será utilizado exclusivamente para la seguridad ciudadana.

También dispondrá de un vehículo blindado tipo rinoceronte, similar al que utilizan las fuerzas federales, el cual tiene el nombre de la roca, y de una unidad móvil antisecuestros. El mandatario anunció la conformación de una corporación ciudadana llamada Policía Nayarit.