Mundo
Ver día anteriorSábado 22 de octubre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El Kremlin considera que una evaluación negativa podría causar malestar en Trípoli

Silencio de Rusia ante asesinato de Kadafi; teme por sus grandes inversiones en Libia

En el Parlamento querían enviar condolencias al pueblo; de forma no oficial, el canciller condena la barbarie

Foto
Mujeres celebran en Trípoli el asesinato del coronel Muammar Kadafi, luego de las oraciones del viernes en la Plaza de los Mártires. El cuerpo del ex gobernante fue llevado a una carnicería mientras se decide la fecha de su entierroFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 22 de octubre de 2011, p. 20

Moscú, 21 de octubre. Con intereses económicos cercanos a 10 mil millones de dólares de por medio, suma en que se evalúan los proyectos pactados por corporaciones rusas con el anterior régimen de Libia, la muerte del coronel Muammar Kadafi preocupa al Kremlin.

Pero no en el sentido de que habrá un cambio de gobierno en el país norafricano –de hecho, Rusia reconoció hace tiempo al Consejo Nacional de Transición como autoridad legítima–, sino de que una evaluación negativa desde Moscú sobre el violento fin de Kadafi pudiera causar malestar en Trípoli.

Cuando ayer, en medio de versiones confusas y cables de agencias encontrados, se difundió la noticia de que Kadafi había sido detenido, el presidente ruso, Dimitri Medvediev, se apresuró a declarar que ahora el pueblo libio tiene en sus manos resolver su destino.

Tras confirmarse, poco después, la muerte del coronel, se impuso el silencio durante el resto del día y, como línea para la mayoritaria bancada oficialista, llegó hoy a la Duma, o Cámara Baja, del Parlamento.

Los diputados de Rusia Unida, que cuentan con mayoría calificada de más de dos tercios del total, rechazaron la iniciativa de la fracción del Partido Comunista, apoyada por los legisladores de otras dos bancadas minoritarias, de aprobar una declaración sobre la muerte del ex goberante libio.

El comunista Boris Kashin propuso un punto de acuerdo para expresar nuestras condolencias al pueblo libio con motivo de la muerte de Kadafi.

El vicepresidente de la Duma y líder de los ultranacionalistas, Vladimir Zhirinovsky, calificó de acto de barbarie el asesinato de Kadafi. Es realmente un acto de barbarie que una turba use métodos criminales para matar a quien fuera líder del país, por cuyo pueblo hizo tanto, dijo.

El partido minoritario Rusia Justa, de su lado, pidió la comparecencia del ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, para que explique cómo piensan responder nuestros diplomáticos a las noticias que llegan de Libia, donde la Organización del Tratado del Atlántico Norte hace gala de su fuerza.

El presidente de la Duma, el oficialista Boris Gryzlov, optó por cerrar el debate y sometió a votación la propuesta de los opositores, que requería 226 votos para empezar a discutirse a fondo.

Únicamente 98 diputados –del total de 450 miembros de la Cámara Baja– votaron en favor y, de ese modo, el Legislativo se adhirió al silencio en declaraciones oficiales impuesto desde el Kremlin.

Por la noche, al responder a las preguntas de radioescuchas de tres emisoras moscovitas, y no en una declaración institucional, el titular de Relaciones Exteriores afirmó que el coronel debió ser hecho prisionero.

“De ninguna manera se debió haberlo matado. Kadafi agotó su legitimidad hace mucho tiempo, pero la forma en que ocurrió su muerte despierta, por supuesto, muchas dudas.

El derecho internacional establece que en los conflictos armados, y en Libia hubo y hay un conflicto, se aplica el derecho humanitario. Las imágenes que vimos por televisión muestran que fue hecho prisionero, que estaba herido y que mientras estaba preso se le quitó la vida, señaló el canciller ruso.

La Convención de Ginebra, que fija las normas del derecho internacional en materia de conflictos armados, indica que un prisonero de guerra debe recibir asistencia médica si resulta herido, como fue el caso de Kadafi en Sirte.