Por primera vez, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) participará en el Desfile y concurso de alebrijes monumentales, convocado por el Museo de Arte Popular (MAP), cuya quinta edición se realiz hoy a las 12 horas.

El recorrido se iniciará en el Zócalo y terminará en el Ángel de la Independencia.

En el contexto de los festejos por los 75 años el IPN, la institución presenta tres alebrijes robotizados o robots alebrijeados, de entre 300 y 350 kilos cada uno: El agui-burro, El P-Esime Pezadilla y El Cyberburro. El año pasado, el MAP prestó al Politécnico Nacional tres de esas criaturas fantásticas para exhibirlas en espacios de su campus y posteriormente el museo le donó seis que actualmente se encuentran en el Centro de Educación Continua Allende y el Museo Tezozomoc.

Despertar al alebrije colectivo

Hugo Peláez, tallerista desde 2000 del Faro de Oriente –desde donde ha participado activamente en la promoción de la cartonería–, ahora convocado por el MAP para coordinar a la parte artesanal del proyecto, sostiene que todos tenemos un alebrije interior que en algún momento dado se despierta, se activa, te hace volar, crecer y desarrollarte, inclusive, como persona. En este caso fue despertar al alebrije colectivo para confluir en esto. Llegué como un aglutinante de voluntades.

Desde que le dijeron a Juan José Muñoz, jefe del departamento de ingeniería en control y automatización en la ESIME Zacatenco, que querían que los alebrijes tuvieran movimiento, se le hizo una idea muy buena.

Indira Bello, del área de difusión y fomento a la cultura del IPN, explica que el trabajo de los alebrijes se desarrolló por medio de una convocatoria que el instituto hizo a sus escuelas que tuvieran carreras afines a la robótica, como las de control y automatización, mecatrónica, telemática, y también a los profesores de artes plásticas, para poder dar vida a estos monstruos.

Como el Politécnico tiene al burro como mascota y el equipo de futbol americano las Águilas Blancas, nacieron El Agui-burro, cuadrúpedo de dos cabezas que, en los costados y a lo largo y ancho del cuerpo, está integrado por diferentes animales, y El Cyberburro. El P-Esime Pezadilla es un híbrido entre un abisal y una ballena.

Cada alebrije, apunta Muñoz, tiene algo peculiar: “Los artesanos dejan volar la imaginación, El Cyberburro tiene alas, pero su movimiento es sinusoidal, entonces, nos pidieron un movimiento así en las alas.

En el proceso desarrollado se utilizaron softwares muy específicos de diseño mecánico en 3D y toda la teoría de síntesis en mecanismos. El Agui-burro, por su parte, cuenta con 28 ejes de movimiento, en piernas, cuellos, mandíbulas, por ejemplo. La pesada cola del P-Esime Pezadilla también tiene movilidad.

Luego de recibir la invitación de construir los alebrijes, “tuvimos una reunión a la que asistieron las 25 unidades de la escuela que habían sido invitadas para ver quién podía resolver los problemas específicos de cada robot y entre todos decidieron qué alebrijes iban a participar en el Desfile del MAP, acota Muñoz.

El entrevistado advierte que habrá sorpresas, por ejemplo, la piel de los alebrijes se va a iluminar en la noche, ya que tenemos cables electroluminiscentes de diferentes colores.

Hugo Peláez agrega, a su vez, que el trabajo final rescatará esa piel de los alebrijes muy recargada de adornos y formas.

El próximo 13 de noviembre, a las 12 horas, el IPN tendrá su propio desfile de alebrijes en la unidad Zacatenco de esa casa de estudios de enseñanza media y superior, desde la avenida Instituto Politécnico Nacional hasta el Estadio Wilfrido Massieu.