Monterrey, NL. Sometido a una etapa de violencia inaudita, Nuevo León llora a diario la muerte de inocentes, vive con pavor ante las constantes balaceras, mucha de su gente ha abandonado hábitos y aficiones y vive en medio de la zozobra.

Ante ello, la autoridad estatal asegura: existe decisión de encarar la crisis, porque tienes la obligación de defender a la gente.

Parte de ese reto consiste hoy en formar policías superiores a los criminales.

Y para ello, dice el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, deben invertirse grandes cantidades de dinero. Habíamos dejado de hacer muchas cosas. Entonces, cuando por largo tiempo descuidas algo, componerlo te cuesta el doble o el triple.

Él lleva dos años en el cargo, lapso en el cual el número de hechos criminales –el más irracional fue el ataque al casino Royale, donde murieron 52 personas el pasado 25 de agosto– ha subido de modo exponencial.

Eso justifica, insiste, no sólo medidas de transformación total para crear, por ejemplo, el llamado modelo de policía acreditable, sino también construir cinco campos policiales, el primero de los cuales inauguró el jueves pasado, sobre una extensión de 18 hectáreas.

No estaban bien entrenados, y lo primero era capacitarlos, inyectarles coraje. Hemos depurado a los elementos coludidos con el crimen, y creado una nueva policía, a la cual le cambiamos la imagen, la filosofía. Hicimos una familia, y la gente hoy quiere pertenecer a ella, se siente orgullosa.

Como resultado, ya se ve –asegura– un descenso de los índices delictivos, y los nuevoleoneses han empezado a recuperar su calles.

En entrevista con La Jornada, Medina de la Cruz documenta disminución de 30 por ciento en el robo de vehículos y de 50 por ciento en ejecuciones. Esto, en los últimos dos meses y medio.

“Han caído muchos. Atrapamos delincuentes importantes que nos traían de cabeza. Aquí en la entidad detenemos a esa gente. A veces nos tardamos, pero lo hacemos. Algunos hechos son difíciles y complejos, y hay también muchas muertes, aunque 90 por ciento de los casos son producidos por enfrentamientos entre bandas.

Hoy sabemos quiénes son, como ellos nos conocen a nosotros, pero antes, estábamos todos echados para atrás.

Ilustra sus expectativas de avance en esta batalla con la rápida captura de algunos responsables del ataque al casino, y refuerza la versión de la extorsión como motivo para la perpetración de ese crimen. Y se refiere además a la excelente coordinación con las fuerzas federales mediante permanentes reuniones y operativos donde se trabaja sin protocolos ni poses políticas y con base en la confianza.

Medina defiende asimismo su decisión de prohibir la instalación de nuevos casinos en la entidad.

Estamos en contra de cómo operan, de la discrecionalidad y de la opacidad que ahí existe. Faltan reglas claras, por ejemplo, sobre dónde deben instalarse, y hoy los abren al lado de las escuelas, los centros comerciales...

Hay muchas lagunas en la ley, y “eso permite a sus operadores actuar mediante amparos. Mi reclamo es por qué no se les regula e instala –como en otros países– en los puertos o las zonas turísticas, por ejemplo. Sí, estos centros generan riqueza, y que vaya quien así lo desee, pero todo bien cuidado, resguardado, transparente”.

Hoy, insiste Medina, éstos son lugares peligrosos y el crimen se aprovecha de la inexistencia de una regulación estricta.

Entonces, después de atender a las víctimas del Royale y de capturar a los primeros responsables, mandé iniciativas al Congreso local, pues mientras no se arregle todo ese mugrero, mejor ni un casino más.

Al gobernador le molesta que los propietarios de casinos no den la cara, nunca aparecen; como si fuera un delito lo que hacen. Aquí todo está cuestionado, porque es opaco. Hasta donde puedo llegar, lo he hecho. Presenté las iniciativas para que en las leyes de desarrollo urbano y de ordenamiento se prohíban. Esto también deben seguirlo los municipios, y no autorizar más uso de suelo para esos negocios.

El mandatario estatal dice atender a diario el tema de la seguridad, tanto en la cuestión operativa como de inteligencia.

Por ese método, apunta, han logrado saber cuánto había penetrado el crimen en las corporaciones, pero también pudimos darnos cuenta de que tenemos más fuerza, más habilidad, capacidad e inteligencia, y por eso en los enfrentamientos ellos son generalmente quienes terminan abatidos, pues carecen de entrenamiento. Insisto, nos hacía falta ponernos al día y que los estados nos pusiéramos a la cabeza de manera contundente. Y por eso decidí entrarle personalmente al problema.

Al mismo tiempo ubica otro ángulo: “si no le das oportunidades a la gente, no habrá nunca suficientes policías para acabar con la criminalidad. Sobre todo para los jóvenes. Les decimos: ‘estudias o trabajas, pero te quiero haciendo algo’. No hay excusas”.

La labor comenzó por detectar las vacantes de empleo, las cuales abundan, si bien el problema es la falta de capacitación para ocuparlas. Entonces se han modificado los planes de estudio sobre la enseñanza media superior y reciben becas mientras se preparan.

Además, hicimos de lado esa bola de requisitos para la contratación (el acta de nacimiento, la credencial del IFE, la licencia, etcétera), porque el pelado sin empleo, pues se cansa de ir para allá y para acá; tiene que andar en camión y en taxi y no cuenta con dinero. Por eso muchos se nos quedaban en el camino. Centralizamos todo en una sola ventanilla y de forma electrónica se atienden esas cuestiones.

Desde el arranque de ese plan, hace apenas unos meses, el número de ninis (ni estudian ni trabajan), indica, ha pasado de 86 mil a 72 mil.

En suma, señala, “lo que quieres es que se empleen y/o estudien. Para mí, uno ya colocado es, ‘ya fregué con ese... vamos por el otro. No quiero que estés en el lado malo’. Y así los voy palomeando cuando les conseguimos un plan de vida”.