Pobres no deberían pagar lo que provocan especuladores: Oxfam
Lunes 17 de octubre de 2011, p. 30
Roma, 16 de octubre. Precios de alimentos: de la crisis a la estabilidad
, reza el lema del Día Mundial de la Alimentación 2011. Sin embargo, lo único que permanece estable es el hambre, que afecta a 925 millones de personas y se ve agudizada por la crisis financiera.
En los últimos meses las imágenes de niños desnutridos en Somalia golpearon la conciencia de medio mundo. Pero el hambre sigue siendo un problema sin solución, que afecta no sólo al cuerno de África. Según los últimos informes, la situación es muy grave
al menos en 26 países.
Cerca de 925 millones de personas pasan hambre, según datos de 2011 de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Así, cada vez queda más lejos el Objetivo del Milenio de reducir a la mitad el problema hacia 2015. En lunes arranca en Roma la Semana de la Alimentación, en la que la Comisión Alimentaria de la ONU discutirá sobre las formas de salir de la crisis alimenticia. Pero aunque se trata de una cita ya consolidada, cada vez se cierne más la duda sobre las posibilidades de alcanzar sus objetivos.
La crisis económica global pone bajo presión a los potenciales donantes, obligados a ahorrar en sus presupuestos. Los paquetes cada vez mayores para salvar a los bancos hacen que aumente el endeudamiento y la presión para ahorrar en otras partes del presupuesto
, explicó la experta de Oxfam, Marita Wiggerthale.
En lugar de ahorrar en ayuda al desarrollo, los gobiernos deberían regular el mercado financiero y abrir nuevas fuentes de ingresos a través de un impuesto a las transacciones financieras
, apunta Wiggerthale. La población de los países pobres no debería pagar la crisis provocada por los especuladores
, agrega.
En efecto, los países desarrollados no están cumpliendo sus promesas. La mayoría no cumple todavía el Objetivo del Milenio de destinar hasta 2015 al menos 0.7 por ciento del producto interno bruto a la ayuda al desarrollo. De media, la ayuda asciende por ahora a 0.3 por ciento del PIB, según los datos más recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Por otro lado, la volatilidad de precios trae en consecuencia que en muchos países en vías de desarrollo la población deba destinar 70 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos. En un país como Alemania, donde las familias sólo destinan 12 por ciento de su presupuesto a la alimentación, una situación similar sería equivalente a que un pan costara 30 euros (41.6 dólares).