Zacatecas, Zac., 14 de octubre. La Universidad Autónoma de Zacatecas condecoró este viernes al sociólogo y humanista Pablo González Casanova con el doctorado honoris causa, la máxima distinción académica que otorga esa institución educativa, por su aporte teórico y su vida ejemplar en el estudio, desarrollo y aplicación práctica de las ciencias sociales.

En sesión solemne del Consejo Universitario, realizada en la sala principal del teatro Fernando Calderón, en el centro histórico de esta capital, González Casanova se mostró humilde y conmovido al recibir por decimotercera ocasión un título honoris causa: el anterior ocurrió apenas hace unas semanas y se lo otrogó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La emoción que tengo en este momento me hace muy difícil hilar algunos conceptos que quiero expresar, dijo con voz quebrada Pablo González Casanova, tras escuchar el acuerdo que por unanimidad aprobó previamente el Consejo Universitario de la UAZ, para entregarle el honoris causa.

En el contexto del Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales, organizado por la UAZ, González Casanova ofreció la conferencia magistral El conocimiento del mundo actual, donde cuestionó el modelo económico neoliberal. No cabe duda que vivimos en un mundo injusto y peligroso. La opción racional que orienta a las ciencias duras hegemónicas se esta convirtiendo, paradójicamente, en opción irracional, expuso.

Y es que, explicó, a propósito de las prácticas económicas y financieras de las corporaciones trasnacionales y los mercados financieros, en la actualidad “el control de riesgos nos esta llevando a riesgos descontrolados, modelos y formalizaciones de ‘no estar aquí y allá’, sino destructivos, a los que se llama antrópicos, autodestructivos, y son tales que resultan amenazadores”.

“Las falsas leyes del mercado libre, ‘que por sí solo se requilibra’ –ironizó González Casanova–, y cuyas políticas siempre han derivado en nuevas crisis, nuevamente se ven desconfirmadas, y quienes anunciaron que pronto habría, gracias a la crisis, el desarrollo, a poco se ven obligados a aceptar que la actual crisis es más grave de lo que plantearon”.

En este escenario sostuvo que la disminución de riesgos y la optimización de utilidades, por parte de las grandes empresas y los complejos hegemónicos, muestran una relación de causa efecto en algo destructivo, que no se puede descartar.

Y en el mundo actual, dijo, esa relación de causa efecto entre los intereses y valores de las grandes corporaciones, y del otro lado los graves peligros y problemas del mundo, es generalmente descalificada por el pensar científico de momento, y lo mandan al mundo de la negación. A la descalificación, ese mundo que Freud descubrió en las características del inconsciente y que también parece darse en el inconsciente de las comunidades científicas y de los complejos militares, empresariales y políticos, abundó.

Lamentablemente, sostuvo, mientras en el mundo real países enteros padecen los efectos de esa negación, del otro lado los entes del poder “están como ciegos ante las causas de los peligros que corre el planeta Tierra. Están sordos ante las tragedias humanas, a las que se refieren como si fuesen fenómenos naturales, en cuya solución ‘están haciendo todo lo que se puede’, pero que dan por un hecho ‘que no se puede hacer nada más’”.

Durante más de una hora, con su charla amena, Pablo González Casanova ilustró a los académicos, investigadores y estudiantes de la UAZ que asistieron a escucharlo en el teatro universitario.

Al dirigirse a la comunidad universitaria sobre las razones para entregar a González Casanova el honoris causa, el rector de la UAZ, Francisco Javier Domínguez Garay, destacó la pasión que explícitamente entraña el sentido que caracteriza su contribución a las ciencias sociales: su respetable toma de distancia respecto del poder y su incondicional identidad con las mayorías empobrecidas de México y el mundo.