Guanajuato, Gto., 13 de octubre. Mil 200 policías resguardan la capital guanajuatense durante la versión 39 del Festival Internacional Cervantino (FIC), cuyo programa artístico fue inaugurado anoche por la Orquesta de Jazz de Estocolmo, en la Alhóndiga de Granaditas.

En el operativo de seguridad participan los tres órdenes de gobierno: municipal, estatal y federal, representado este último por la Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal (PF) y el Ejército.

Así lo informó hoy a La Jornada el subsecretario de Seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública de Guanajuato, Pablo Sánchez Urbina, quien aclaró que la participación del Ejército se limita a vigilar carreteras y vías de acceso a esta capital.

Esto no es nuevo, ha ocurrido en años anteriores, incluso desde el origen mismo de este encuentro cultural y artístico, explicó el funcionario en entrevista.

“Los patrullajes de la ciudad –abundó– están a cargo, en primer orden, de elementos del municipio, luego de los estatales y, en tercer lugar, entrarían los federales.”

El Ejército, dijo, es un factor de disuasión y sólo entraría en acción si algo muy grave llegara a ocurrir.

Sánchez Urbina comentó que sólo en fechas específicas, como los días de la inauguración y la clausura, así como los fines de semana, la vigilancia se incrementa, por ser cuando mayor número de personas se concentran en la ciudad. Cifras oficiales estiman una afluencia al FIC de poco más de 138 mil visitantes.

Según pudo constatarse el miércoles, en el transcurso del día, así como antes del espectáculo inaugural, efectuado en la noche, los patrullajes son discretos, en contraste con otros años, cuando la PF se hizo cargo de la seguridad y había elementos con armas de alto poder.

Ahora, con vigilancia a pie, hay células de dos o tres oficiales, sin más armas a la vista que sus toletes y algunos son auxiliados por perros.

En lo que respecta el acto inaugural, efectuado en una desbordada Alhóndiga de Granaditas, la Orquesta de Jazz de Estocolmo dejó constancia de por qué es considerada una de las 10 mejores big bands del orbe.

Fue un concierto intenso y vibrante ante el virtuosismo y emotividad que la agrupación sueca derrochó con su música, toda original, escrita por algunos de sus integrantes.

Fueron casi dos horas en las que el público compartió la alegría y el placer que los músicos nórdicos –aunque entre ellos hay un mexicano y un argentino– desplegaron sobre el escenario.

Diversos paisajes sonoros y emotivos se dibujaron a lo largo de las ocho piezas que en total interpretó la agrupación, rolas que sacudían el ser interno y apelaban lo mismo a la nostalgia que a lo festivo, a la reflexión que a lo cachondo. Fue, en síntesis, una velada gozosa.