México necesita transitar hacia un sistema de seguridad social único, universal, con viabilidad financiera, de calidad, que no esté relacionado con el mercado de trabajo y en el que se diferencie la atención a la salud de las otras prestaciones como pensiones y jubilaciones, esto es un prerrequisito fundamental para que nuestro país ingrese al siglo XXI, aseveró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.

El rector ofreció una conferencia magistral para clausurar el taller internacional Encrucijadas, prospectivas y propuestas sobre la seguridad social en México –realizado en la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional–, donde destacó la necesidad de que el nuevo sistema incremente guarderías, genere un seguro de desempleo e incluya una pensión mínima universal a los mayores de 60 años, la cual tenga un esquema diferenciado con personas que puedan ahorrar más y mecanismos que den certidumbre, porque de pronto existen muchos fraudes.

Indicó que México debe salir de la inercia y hacer una gran reforma para reinventar la seguridad social para que realmente esté en el siglo XXI. Pues de no hacerlo continuaremos en el pasado.

Este sistema de seguridad social además debe incluir el esquema de solidaridad intergeneracional, porque si bien hoy en el día de la demografía aún actúa en favor del país, más adelante se perderá esa posibilidad. En las próximas décadas la nación tendrá mayores necesidades en el campo de las pensiones, jubilaciones y retiros, así como en la atención a una población que ha transformado su demografía. Estamos a punto de dejar de ser un país considerado joven.

Subrayó que el modelo de 1943 de ligar la seguridad social con el trabajo para favorecer a este último ya dio todo lo que tenía que dar, por lo que recomendó desligar la seguridad social del mercado laboral e hizo hincapié en la importancia de crear más fuentes de trabajo y asegurar mejores condiciones laborales para la población.

La seguridad social del nuevo siglo, dijo, debe tener su base en dos pilares: el primero es la salud y el segundo toda la parte de seguros, que incluyen pensiones y otros rubros que se deben determinar, porque sus vocaciones son distintas.

Afirmó que con voluntad política es posible garantizar la solvencia financiera de un sistema universal y público de seguridad social. Sin embargo, los gobiernos siempre esgrimen el argumento de que no hay recursos; ejemplo de ello es cuando se solicita mayor inversión para educación superior y les responden que no hay. Pero –advirtió– el próximo año, por ahí de abril, mayo o junio, tendremos devolución (de impuestos) a los contribuyentes que envían a sus hijos a colegios privados, la cual será de alrededor de 13 mil millones de pesos.

Resaltó que más allá del Seguro Popular debe generarse un sistema nacional de salud que garantice a todos los habitantes la atención, con servicios preventivos, curativos, hospitalarios y de rehabilitación; ya que no se trata de un asunto de inscripciones, sino de resultados.