Festeja 25 años de carrera con el lanzamiento de su disco; dará dos conciertos en el Lunario
“Cada vez que subo al escenario digo: ‘esto es mi vida’; podría morir en ese momento”
Vivimos con miedo, pasamos riquísimo 15 minutos haciendo el amor y volvemos al miedo
Jueves 29 de septiembre de 2011, p. 9
La cantante y actriz Susana Zabaleta festeja 25 años de carrera con el lanzamiento de su disco Kinky-Retorcido, que presentará mañana y el sábado en el Lunario, y con la conducción del programa televisivo Su sana adicción. De todo esto y otras cosas platica la actriz con La Jornada.
Recargada en un sillón, Susana confiesa: “Cuando llegué a estudiar hace 25 años a la sala Ollin Yoliztli estaba becada, pero tenía que trabajar para mantenerme; fui con Manolo Fábregas y me dio chance de actuar en la obra El violinista en el tejado; después trabajé en otras obras, como Qué plantón, Sorpresas, Cats, Mi vida es mi vida, Magnolias de acero... Hice mucho teatro y después de eso no quiero saber nada del teatro, me da claustrofobia. Al llegar a la ciudad de México se me abrió un panorama muy amplio como mujer y como artista, además me convertí en una lectora voraz, cosa que en Monclova no hubiera hecho, no había ni tiempo ni ganas; no existía eso porque pensaba que la vida era más chiquita”.
Resumiendo, Zabaleta dice: Lo que ha pasado en estos 25 años con mi vida es que soy una loca que aprendió muchas cosas; una loca que ha disfrutado mucho todo lo que ha hecho. He cantado y actuado desde el congal más fuerte hasta Bellas Artes. Ha sido una aventura muy rica, no sé si he disfrutado más yo que el público
.
Bajones y depresiones
Sin embargo, lamenta: “Ha habido muchos bajones y depresiones; las peores, cuando presento algo y me dicen ‘no entiendo’. Pero seguí con esta lucha constante con la idea fija de cantar, de crear sentimientos y provocar para que la gente despierte, haga algo y disfrute”.
Zabaleta continúa: “Provoco con lo que hago, aunque provocar puede sonar a algo agresivo, pero también provoco sensaciones deliciosas. Además, para hacerlo debes tener un interlocutor que entienda, sobre todo ahora que estoy en el programa Su sana adicción. Busco invitar a personajes que tengan que decir algo para alimentar al público con sus comentarios; de repente nos hace falta alimentarnos de la sabiduría y del pensamiento de otras personas”.
Nuestra entrevistada informa: “Los invitados a mi programa van desde un héroe anónimo hasta un escritor que está amargado porque nadie lee sus libros. Nunca pienso si las cosas que digo me ayudan; yo digo y hago para que les sirva a los demás; me gusta moverle el piso a la gente, porque vivimos como zombis. Ahora con las redes sociales en lugar de abrirnos a la información y a la existencia, nos adormecen y anestesian, nos hacen ocuparnos más en saber qué opina la gente de nosotros, y se fomenta el egoísmo, decir: ‘les voy a contar que estoy en el Tíbet’, a quién chingados le importa si te metes el dedo o no, te lo metes o no te lo metes... Yo soy una persona muy pasional, me gusta vivir así, voltear a ver el día, la hora, y ver pasar el tiempo; leer una cosa y compartirla...”
A consideración de Zabaleta, Su sana adicción “va muy bien, pero con este rollo del rating no puedo. Siempre alguien de la producción llega y me comenta: ‘no sabes el rating que tuviste cuando dijiste tal cosa’; yo no pienso en decir o no decir, simplemente lo digo... La televisión es muy tramposa porque es mucho de forma y poco de fondo. Creo que he sorteado las trampas de la tv siendo honesta con lo que hago; estoy consciente de que a mucha gente le cago, pero también pienso: no hay más, es lo que hay”.
Una de las cosas que le dan miedo a la actriz de Sexo, pudor y lágrimas es “lo que dice la gente cuando alguien me comenta: ‘tengo 5 mil amigos en Twitter’, pero me dan más miedo cuando dicen: ‘tengo 5 mil seguidores’, ¿seguidores? Ni que fueran Jesús, ¿qué les pasa?... Tengo mucho miedo de perderme en el mundo de la fama y la vanidad. Claro que soy una loca que me pierdo en mi locura, pero en ese mundo de la fama y la vanidad espero no perderme nunca... en ese mundo donde todos quieren ser felices. En todo ese mundo irreal de Televisa, no me quiero perder”.
El álbum va muy bien, señala
En los primeros meses de este año Susana lanzó su disco Kinky-Retorcido. Sobre esto menciona: “El disco va muy bien; estoy contenta con todo, pero eso nos pasa a la gente loca: te empeñas en buscar una cosa y cuando la consigues te preguntas si es lo que realmente querías. Me costó mucho trabajo sacar Kinky..., luego se dio la demanda de flojera, luego salió el disco físico y en fin... Cada vez que me subo al escenario digo: ‘esto es mi vida’. Podría morir en ese momento, soy tan feliz, me siento tan plena que ya no necesito nada más, hasta pienso que existe Dios...
“Luego me salgo y digo: ‘no sé si es lo que quiero hacer de verdad’. Todo el tiempo me cuestiono si estuve bien, si la gente se divirtió o si la señora de la tercera fila tenía calor y no estaba prendido el aire acondicionado... soy como multitrack; estoy cantando y pienso en todos los que están ahí, pero también estoy escuchando el bajo, cómo suena, o si el saxofonista salió muy inspirado. Es muy padre, pero para mí eso es la vida, no pienso en el éxito o esta mamada de ya vendí muchos discos o me van a dar un disco de oro, eso ni me da alegría. Sí soy rara, qué me dieron de chiquita, creo que mucha carne. Es que estaba en medio de dos hermanos gordos que todo el tiempo me decían ‘marrana, cuina, lechona’ y me la creí, porque infancia es destino.”
Susana, que despierta pasiones con su belleza, piensa que “cuando salí de Monclova me di cuenta de que no estaba tan fea ni tan gorda. Una vez mi papá me dijo: ‘cómo no naciste hombre, mi’ja’. Le dije: ‘cómo para qué’; para llamarme Alfonso, apellidarme Zabaleta y quedarme a trabajar con él, ¿no? A mí más bien me ponían trabas porque tenía ideas raras, me dijeron en una disquera: ‘¿por qué no hacemos algo más sencillo, te ubicas, muestras el cuerpazo y te olvidas de estas mamadas de la ópera. Hay una chica que se llama Selena que está teniendo un exitazo y presentamos algo así, mami’. Yo le dije que por qué no se cambiaba de nombre... me di cuenta de que la gente te ve de una manera, pero no porque te vean así tú te tienes que convertirte en esa persona. Yo me fui descubriendo en el camino, como mujer, me di cuenta de que ni soy tan tonta ni estoy tan gorda; en ese camino descubrí muchas cosas y sigo descubriéndolas”.
Reacomodándose otra vez en su asiento, añade: Desde el Distrito Federal, veo Monclova, mi ciudad natal, muy mal, muy triste e insegura, pero en general veo a México muy inseguro y triste. Siempre he considerado que una de las maneras de controlar a la gente es con el miedo y los mexicanos estamos totalmente controlados. El miedo ha sido nuestro dictador más grande y nos lo siguen inyectando; por más que digamos o hagamos marchas y faltemos el respeto al Presidente, no conseguimos nada, creo que se ha perdido el respeto de aquí para allá y de allá para acá... México está triste y con miedo, cuando voy a cantar nos pasamos dos horas increíbles; se acaba el concierto y volvemos al miedo: igual cuando hacemos el amor: nos la pasamos riquísimo 15 minutos y volvemos al miedo... puro miedo, somos un pueblo con miedo
.
Susana Zabaleta se presentará en el Lunario del Auditorio Nacional el viernes y el sábado; boletos en los lugares de costumbre.