Teme Moscú que contratos con Trípoli sean desconocidos
Viernes 2 de septiembre de 2011, p. 25
Moscú, 1º de septiembre. En una decisión que los observadores consideran tardía, en relación con los multimillonarios proyectos que empresas rusas pactaron en Libia en tiempos de Muammar Kadafi, el Kremlin reconoció este jueves al Consejo Nacional de Transición (CNT) como única autoridad legítima del país árabe norafricano.
La Federación Rusa reconoce el CNT de Libia como la autoridad efectiva del país y destaca su programa de reformas, que prevé elaborar una nueva Constitución, celebrar elecciones generales y formar gobierno
, se asienta en un comunicado de la cancillería rusa, difundido apenas unas horas antes de que comenzara en París la conferencia internacional donde se discutirá el futuro de Libia.
Moscú teme que los nuevos gobernantes libios desconozcan los contratos firmados por empresas rusas, los cuales siempre se negociaron al más alto nivel político y contaron, como requisito, con el visto bueno de Kadafi.
Queremos creer que los acuerdos y otras obligaciones mutuas suscritos por la Federación Rusa y Libia con anterioridad siguen vigentes entre nuestros estados y se cumplirán al pie de la letra
, añade el documento.
Y es mucho lo que tiene que perder Rusia. Si se cumple el peor de los escenarios, las empresas rusas tendrían que retirarse, dejando en manos de otros consorcios extranjeros –principalmente franceses, ingleses y estadunidenses– proyectos que rondan los 11 mil millones de dólares.
En esa cantidad cifró Oleg Peresypkin, el último embajador de la Unión Soviética en el país norafricano, los intereses económicos de Rusia en Libia.
Gazprom, Tatneft y otras compañías tienen –o tenían– proyectos en el área del petróleo y el gas por un valor aproximado de 3 mil 500 millones de dólares.
Un duro revés están sufriendo las empresas de la industria militar, que debían suministrar al gobierno de Kadafi armamento por un valor de 4 mil millones de dólares y que ahora, después de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no saben qué hacer.
Pero la mayor decepción se la está llevando la compañía estatal RZhD, monopolio en vías férreas de Rusia, que ve como se convierte en papel mojado el contrato que firmó, en abril de 2008, para construir 550 kilómetros de tren de alta velocidad entre las ciudades de Sirte y Bengasi, por cerca de 3 mil 600 millones de dólares.
Ya habíamos gastado 345 millones de dólares en la contratación de personal, compra de maquinaria, encargos a fábricas en territorio ruso, todo lo estaba coordinando nuestra constructora, Zarubezhstroitejnolguia, y justo cuando teníamos que recuperar el dinero prestado, comenzó la guerra. No sé cuándo podrán pagarnos. Los seguros no cubren acciones bélicas. Es una pena por el dinero y por el proyecto
, se lamentó Vladimir Yakunin, el director general de RZhD.
Ciertemente, también hay ciudadanos rusos que sacan provecho de la situación en Libia. No son empresas de Rusia, a diferencia de sus propietarios. Como, por ejemplo, Gunvor, operador independiente de materias primas
con registro en Suiza, que ayer suministró en Bengasi al CNT, mediante la petrolera nacional de Libia, cerca de 30 mil toneladas de gas licuado y diesel rusos.
Uno de los dueños de Gunvor es Guennadi Timcheko, íntimo amigo del primer ministro ruso, Vladimir Putin.