Opinión
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Desde otras ciudades

La candidata que perdió con Sarkozy

E

n 2012 Francia elegirá su presidente para el próximo quinquenio y Segolene Royal, ex candidata del Partido Socialista (PS) que llegó hasta la segunda vuelta de la elección presidencial de 2007 con casi 47 por ciento de los votos, insuficientes frente a Nicolas Sarkozy, es hoy precandidata del PS para la candidatura presidencial, en su calidad de presidenta de un consejo regional y de la Internacional Socialista.

En entrevistas recientes, Segolene ha expresado algunas ideas no muy ajenas a la realidad mexicana. Por ejemplo, considera absurdo que el sistema financiero califique las políticas públicas de un país cuando le otorgaron en 2008 la triple A a productos tóxicos sin vergüenza. Absurdo subir impuestos en vez de relanzar la actividad económica con una cierta estatización de los bancos, controlando una parte del ahorro para promover el crédito a las Pymes y para ingresar en el capital de empresas en dificultades, como ella misma lo ha hecho en su región, pues –dice– se necesita no sólo un Estado estratega sino inversionista y empresarial. También recuerda que cuando fue ministra bajó la edad de escolarización en maternal a dos años para igualar el aprendizaje del idioma y los valores cívicos, lamentando la desaparición posterior de esta iniciativa. Cree en una mayor autonomía de las universidades y de la televisión pública, así como propone una canasta básica de cincuenta productos sin tasas con el bloqueo al alza de las energías y los útiles escolares.

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El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en imagen de archivoFoto Reuters

También dijo: si yo hubiera sido electa en 2007 nunca hubiese permitido elevar mi salario como lo hizo Sarkozy en 150 por ciento, incluyendo los de los ministros... y si resultara electa en 2012 los devolvería a su plafón de 2007. Descentralizadora, piensa que las cosas se hacen más inteligentemente cuando son próximas a quienes las realizan y, saltando a una política de proximidad, habla de la policía ciudadana y de la mujer policía que fue violada en uniforme provocando su propuesta de enviarlas en taxi a su domicilio al término de su servicio, pues –dijo– “es mucho más difícil para una mujer encarnar los símbolos de la autoridad, es una transgresión del techo de cristal impuesto a las mujeres...”, pensando quizá, también, en su propio caso.

Yuriria Iturriaga