Toluca, 21 de agosto. El Toluca ganó por primera vez en casa en lo que va de la temporada, al vencer 2-1 a un luchón Atlante, que si bien se fue arriba en el marcador al firmar el 1-0 con golazo de Christian Hobbit Bermúdez, finalmente los Diablos se impusieron con anotaciones de Néstor Calderón e Isaac Brizuela, en un juego de constante ir y venir.

Con este resultado de la sexta fecha del torneo Apertura 2011, los mexiquenses acumularon nueve unidades para recuperar la confianza luego de su caída ante Pachuca la jornada anterior, mientras un alicaído Miguel Herrera volvió a ser vencido para mantener al Atlante como sotanero de la clasificación, con sólo tres puntos.

Ante un estadio con una entrada regular, el comienzo fue dinámico, aunque el Atlante tuvo una primera aproximación al minuto cinco, cuando por la izquierda Hobbit Bermúdez fue habilitado, se metió al área grande toluqueña y con fuerte disparo trató de sorprender al portero Alfredo Talavera, quien remitió a tiro de esquina.

Por los locales, al minuto 12 el uruguayo Iván Alonso recibió un balón medido, cómodo, que remató de zurda con potencia, pero el guardameta Moisés Muñoz debió poner en juego sus mejores cartas para enfriar la jugada. Luego Manuel de la Torre calentó el área con un nuevo obús, que terminó su camino sin mayores consecuencias.

Faltaba el último toque, pues las llegadas estaban cada vez más cerca de reflejarse en el tablero, pero los equipos no hallaban cómo hacerlas gol, aunque su aroma ya rondaba la Bombonera.

La tripetla atlantista se combinó cuando Osvaldo Martínez cedió a Bermúdez, quien habilitó a su vez al venezolano Giancarlo Maldonado, pero como éste tampoco estaba cómodo regresó el balón al Hobbit, aunque Talavera controló el remate.

Los cancunenses, pese a jugar este domingo en la plaza más alta del país (2 mil 600 metros sobre el nivel del mar) y a 24 grados Celsius, empezaron a controlar el partido, con llegadas comandadas por Hobbit, quien aparecía en el territorio enemigo como salido de la nada, aunque tampoco lograba la anhelada anotación. Hubo jugadas fuertes, severas, pero sin merecer ninguna tarjeta a juicio del silbante Miguel Ángel Ortega.

Antes de consumirse el primer tiempo, Maldonado remató a gol en dos ocasiones y emocionó a la escasa tribuna atlantista, pero no se había dado cuenta de que el abanderado había marcado fuera de lugar.

Se fueron al descanso y no llegó el gol, aunque segundos antes Néstor Calderón tuvo una jugada de calidad de licenciatura, pero la resolvió con una fórmula de kínder.

Para la segunda mitad, la tribuna visitante no se imaginaba que estaba punto de estallar de gozo. Apenas se cumplía el primer minuto cuando en un contragolpe Maldonado alcanzó a peinar la pelota para ponerla a los pies del incansable Hobbit, quien sólo avanzó un par de pasos mientras se acomodaba y soltó el obús –tras observar a Talavera adelantado de su marco– para inaugurar el marcador, con un golazo desde más de 20 metros fuera del área grande.

Aunque no les duró mucho tiempo el gusto a los Potros, ya que minutos después Néstor Calderón firmó el de la igualada, ayudado de forma involuntaria por Alex Diego, quien apenas desvió el esférico para ponerlo a la contrapierna de su portero, que nada pudo hacer para evitar el gol del empate, al minuto 53. El estadio revivió.

Las emociones continuaron como tónica del partido en el estadio Nemesio Diez. Como esa llegada de Iván Alonso, quien recibió un pase y llegó hasta el gol –por lo que lo amonestaron al estar en fuera de lugar–, aunque como justicia para los anfitriones cayó luego la anotación.

Al minuto 65, con un envío filtrado, el recién ingresado Isaac Brizuela se metió al área, evadió a un defensa, dejó que se alargara el esférico para dejar en el camino al portero Muñoz, hasta que remató para hacer el 2-1 del Toluca, con lo que hizo estallar la Bombonera por segunda ocasión en el día.

Los locales siguieron insistiendo con Alonso y los visitantes con Bermúdez, quien envió un centro que remató Francisco Kikín Fonseca, pero Talavera alcanzó a rechazar. El juego terminó en medio de menores emociones.