A la sombra de la probable ilegalidad de su Consejo Nacional, cuyo mandato concluyó el pasado mes de abril, el 13 Congreso Nacional Extraordinario del PRD definirá el método de encuesta como instrumento de elección del candidato presidencial, y establecerá su política de alianzas electorales, sin aclarar si estas incluyen al PAN. Este tema causó controversia en las filas del perredismo apenas unos meses atrás

Los acuerdos que habrán de votarse hoy en el seno del Congreso Nacional Extraordinario se tejieron en reuniones privadas que todavía tenían lugar anoche entre los dirigentes de las corrientes más numerosas del perredismo –Nueva Izquierda (NI), Izquierda Democrática Nacional (IDN) y Alternativa Democrática Nacional (ADN)–, quienes determinaron que el método de encuestas allanará el proceso de selección del candidato presidencial.

No obstante el bloque que integran IDN y el llamado grupo de los siete (G7) demandará que se respete el contenido de los estatutos perredistas que establecen la elección del candidato mediante el voto abierto, secreto y directo. Y mientras la tarde caía, esa postura cambió al conocerse la declaración de Andrés Manuel López Obrador, aceptando el método de encuestas.

Al cierre de la edición de este diario las discusiones entre las cabezas de las corrientes se acentuaron, porque la inclusión del debate respecto a una nueva política de alianzas fue reprochada por los detractores del evidente acercamiento que han tenido NI y ADN con el PAN.

Esto avizora para hoy un intenso debate entre dos corrientes principales, NI (chuchos) e IDN (bejaranistas). Incluso las diferencias se trasladaron al Consejo Político cuando la primera pretendió repartir un reglamento de organización del congreso que hoy se realizará en el World Trade Center, cuando el texto acordado con los segundos era otro.

Aún así, y como ya se decantaba ayer, si la mayoría de los delegados al congreso deciden que la encuesta determinará el nombre del abanderado de su partido, se incluirán candados al proceso en caso de empate virtual o problemas logísticos graves que afecten la organización del proceso.

Es un circo: Ensástiga

A la par, ayer se sumó un dilema de fondo que la dirigencia nacional del PRD deberá sortear en estas horas, y tiene que ver directamente con la legitimidad de sus órganos de dirección. El miércoles pasado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) difirió para una futura fecha la resolución del juicio de protección, que un grupo de consejeros encabezados por el senador Carlos Sotelo presentó con antelación.

El alegato, que debería haberse resuelto hace tres días en el órgano electoral, cuestiona la validez y legalidad de los actos y decisiones que el Consejo Político y el Congreso Nacional han asumido desde abril pasado, cuando su vigencia concluyó tras su renovación en 2008.

Gilberto Ensástiga, uno de los impulsores del juicio de marras, calificó el Congreso de hoy como “una simulación, un circo que sólo servirá para que el Consejo y el Congreso se autoprorroguen; es una aberración y una falta a los valores democráticos que nos distinguieron como partido de izquierda hace unos años. Esto es la peor versión del continuismo dictatorial y del statu quo.”

En el discurso de apertura de los trabajos del noveno Pleno extraordinario del séptimo Consejo Nacional, el presidente del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, dio respuesta a la dureza de esa postura: Hay que reconocer que en el rubro organizativo-estatutario hemos tenido puntos de vista diferentes, que hay compañeras y compañeros que tienen establecidos litigios alrededor de los órganos de dirección. Y reconociendo que todo mundo está en su derecho de litigar, y otros de defender sus propios puntos de vista, serán los órganos jurisdiccionales correspondientes los que al final decidan, y acataremos lo que resulte.

Y para sorpresa insistió en poner sobre la mesa un tema que se creía superado con miras a la elección federal del año próximo: El gran rubro que tiene que ver con la estrategia electoral 2012, alrededor de ello se han levantado las naturales, entendibles y legitimas discusiones de cómo establecer y precisar nuestra política de alianzas.

Ese punto levantó ámpula y abrió paso a quejas entre los distintos sectores que confluyen dentro de las siglas del PRD. El tema será uno de los centrales del debate a lo largo de este día, que se prevé largo y tortuoso. Al mismo asistirán delegados de distintos partidos políticos de izquierda que gobiernan en América Latina, invitados a un foro organizado por la dirigencia perredista.