Brasilia, 17 de agosto. Luciendo un sombrero típico de campesinos, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, abandonó el palacio de Planalto para prometer nuevos beneficios a las mujeres del campo, en un discurso ante 70 mil trabajadoras rurales que participaron hoy en Brasilia en la cuarta edición de la marcha de las Margaritas.

Un mar de mujeres desfiló por las principales avenidas de la capital brasileña donde se ubican los edificios del Ejecutivo, el Congreso y el Poder Judicial, en la marcha de las Margaritas que reúne cada año a decenas de miles de trabajadoras del campo de todo Brasil y es un homenaje a Margarida Alves, líder sindical rural brutalmente asesinada en 1983 por defender mejoras en el campo.

Brasil es un país absolutamente desigual socialmente, y cuando se trata de mujeres esa desigualdad es todavía más profunda, expresó Carmen Foro, coordinadora de la marcha, cuyo objetivo es superar la invisibilidad de las mujeres del campo, y que fue organizada por el Movimiento Sindical de Trabajadores Rurales, integrado por más de 4 mil sindicatos y organizaciones de labriegos.

Hemos venido a entregarle a la presidenta Rousseff las reivindicaciones de las mujeres brasileñas del campo; luchamos por el agua, por la producción de alimentos saludables, por la seguridad alimenticia y nutricional, por una educación no sexista, por el acceso a la salud y los derechos reproductivos, y contra la violencia hacia la mujer, proclamaba otra líder sindical a través de un altavoz.

Miles de campesinas desfilaron ayer en Brasilia en la marcha de las Margaritas. Esta es la cuarta edición de la caminata en homenaje a Margarida Alves, líder sindical rural brutalmente asesinada en 1983 por exigir mejoras para los trabajadores ruralesFoto Ap

Por primera vez la marcha de las Margaritas se dirige a una mujer presidenta en Brasil.

Esperamos mucho de ella porque, como mujer, siente nuestro dolor. Aunque no sea de nuestra clase social, Rousseff fue presa política (durante la dictadura) y discriminada, explicó Ivanize Magalhaes, agricultora de 71 años llegada del estado de Ceará al noreste, desde donde viajó tres días en autobús.

Rousseff, quien asumió la presidencia de Brasil en enero, tenía previsto cerrar la reunión al final del día en un parque de la capital y así lo hizo.

Me considero una presidenta Margarita, como ustedes, dijo la mandataria que anunció programas de su gobierno para mejorar la condición de vida en el campo, especialmente de las mujeres, que incluyen desde créditos de apoyo, hasta mejoras en la distribución y las compras públicas de alimentos.

Vamos a construir un mapa de la salud y reducir la mortalidad materna en el campo y la selva, prometió.

Por otra parte, Wagner Rossi, ministro de Agricultura de Brasil, presentó la noche del miércoles su renuncia en medio de numerosas denuncias de corrupción. Es el cuarto ministro que sale de la administración de Rousseff, después del jefe de Gabinete, y los ministros de Transporte y Defensa.