La Fiscalía General del Estado en la zona norte solicitó una orden de aprehensión contra los padres de cuatro adolescentes que ingresaron al penal municipal 24 horas antes de la masacre de 17 internos, ocurrida el pasado 25 de julio, para participar en una fiesta en la que se prostituyeron con los internos.

El gobernador César Duarte Jáquez dijo que los papás muchas veces son responsables de las acciones que cometen sus hijos, y por tal motivo se les tiene que castigar cuando omiten el cuidado de éstos, lo que lleva a que realicen acciones como las que hicieron esas jóvenes.

Agregó que son menores de edad prostituyéndose en un centro de readaptación social, lo cual es el acabose. Consideró que se tiene que sentar un precedente para que los padres estén más atentos de lo que hacen sus descendientes, así como establecer sanciones a quien falte a su responsabilidad con menores que incurren en infracciones a la ley.

Duarte aseguró que el estado asume la responsabilidad en las acciones de seguridad que le competen, pero de la misma manera la sociedad tiene que cooperar con esas acciones y el cuidado de los hijos; no hay hijos malos, hay desatención.

Las cuatro adolescentes que participaron en la fiesta, con un grupo de unas 25 mujeres, fueron detenidas y enviadas al tutelar para menores del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, dos días después de la riña en que murieron 17 presos, pero se fugaron y sólo una fue recapturada.

Por la mañana se realizó una audiencia contra el ex director del Centro de Readaptación Social para Adultos Lucio Cuevas y cinco custodios, por su presunta participación en los hechos.

La decisión de la fiscalía no tiene precedente en la entidad, donde la ley de protección de menores sólo ha sancionado a padres que omiten cuidados y causan daño físico o emocional a sus hijos, pero no porque menores se hayan prostituido.