Daguestán, Chechenia e Ingushetia, los más favorecidos, de aprobarse la propuesta
El plan, presentado por el ministerio de Desarrollo Regional, implica carga a contribuyentes
Martes 2 de agosto de 2011, p. 25
Moscú, 1º de agosto. El ministerio de Desarrollo Regional –en cumplimiento de una decisión política del premier Vladimir Putin, desfasada de la realidad– envió este lunes al gobierno de Rusia el borrador de programa del Estado para la región del Cáucaso del Norte, la zona más inestable del país, hasta 2025.
En opinión de los expertos, si llega a ser aprobado en sus actuales términos, dicho programa se traducirá –después de las elecciones presidenciales de 2012– en un inevitable aumento del déficit presupuestario o en una no menos segura subida de los impuestos; en una palabra, de cualquier modo tendrá severas consecuencias para el contribuyente ruso.
El proyecto contempla asignar a las repúblicas de la región cerca de 3 billones 900 mil millones de rublos –más o menos, 140 mil millones de dólares–, de los cuales el Estado aportará 75 por ciento y la iniciativa privada, se supone, el restante 25 por ciento.
Las entidades más favorecidas, en cifras absolutas contabilizadas en dólares, son las repúblicas de Daguestán con 26 mil millones, Chechenia con 15 mil 280 millones, Ingushetia con 13 mil 192 millones y Kabardino-Balkaria con 10 mil 591 millones.
Los gobernantes del Cáucaso del Norte –en un contexto poco halagador de serios problemas de corrupción, enfrentamiento de clanes, auge de los grupos islamitas radicales y persistencia de las ideas separatistas– piden demasiado por su lealtad a Moscú.
No hay tanto dinero a la vista y, si se quiere que el presupuesto de Rusia para el año próximo sea equilibrado, hace falta que los precios internacionales del petróleo superen los 120 dólares por barril, y parece muy poco probable ese escenario.
Las preferencias que se otorgan a Chechenia y otras repúblicas de la región provocan creciente malestar en la sociedad rusa. Bajo el lema de Basta de engordar al Cáucaso
, hace poco se llevó a cabo la primera protesta de magnitud contra la desmesurada desigualdad en la asignación de subsidos al Cáucaso del Norte en comparación con el resto de Rusia.
Los rusos se sienten despojados. Para cada habitante de Chechenia, por poner un caso, se destinan 50 mil rublos, mientras que las otras regiones del país reciben diez veces menos, apenas 5 mil rublos por persona.
Tampoco hace gracia a los ciudadanos rusos la manera en que las autoridades caucasianas derrochan los subsidios: automóviles importados de lujo, residencias espectaculares, equipos de futbol con millonarias nóminas, leones y otros animales exóticos para zoológicos privados son parte de un largo etcétera de sus injustificados gastos.
Y lo peor es que no ha cesado el derramamiento de sangre, por lo que no puede decirse que los subsidios federales sean una suerte de elevado precio para establecer la paz en la convulsa región.
Los atentados, secuestros, emboscadas, asesinatos continúan su cotidiano curso, al margen de las multimillonarias sumas que se asignen desde Moscú al Cáucaso del Norte.