Arduos pero juntos
ocos estuvieron de acuerdo y algunos se molestaron con las opiniones de la investigadora Roxana Padilla publicadas aquí (¿Cada quien su cuarto?, martes 5 de julio de 2011, y ¿Separarse para unirse?, lunes 18 de julio) al cuestionar la costumbre de las parejas de dormir juntos, independientemente de la incomodidad o el beneficio que pueda implicar, como si todo compromiso no debiera acompañarse del canto además del llanto.
Pero el gran desafío de la raza humana, antes que el falso progreso o el remoto desarrollo equitativo, es empezar a crear paradigmas de crecimiento individual y colectivo, cuestionando comportamientos que la costumbre convirtió en valores fuera de discusión no obstante su carácter perjudicial, cuando no indigno o aun inhumano, pero asumidos como inalterables por la opinión generalizada, la moralina y la lógica convencional promovida por los beneficiarios del sistema.
Flora Ambriz observa: ¿De qué planeta bajó Roxana donde el grueso de la población dispone de cuarto individual para cada miembro de la pareja? ¿En qué rincón de la sala-comedor-cocina-recámara se acomoda uno para no estar a merced de la energía de los otros? Que no joda con sus lobos
. La empañada visión burguesa de la vida se niega a ver una realidad que amenaza sus privilegios.
Alberto Barrera dice: Los señalamientos de la señora Padilla despiden el tufo del pragmatismo anglosajón que plantea comprometerse sin molestias y cancelar toda situación que resulte más o menos incómoda, como si la vida, solo o en familia, fuera siempre armonía.
Alguien que firma HH sostiene: Cuartos separados para personas distintas ¿y casas separadas para familias distintas? Promiscuidad, falta de identidad, falta de criterio, desorden material y desorden mental, en medio de la confusión se asienta la pobreza y el futuro no existe, las puertas se ahorran con cortinas, la arquitectura es para los que pueden pagarla y los espacios no se definen o no alcanzan a hacerse independientes...
Itzel asevera: Separar el matrimonio en cuartos diferentes es buena idea. La sana convivencia así lo dispondría salvo por el pequeño detalle de que en México la pobreza es mayoría. Hacinados con los padres uno, dos o tres hijos, al lado los abuelos y en otro, si es depa de tres cuartos, la hermana recién casada. Lo cotidiano se vuelve arma de muchos filos, arrojados como flechazos y no precisamente de Cupido…