n el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2011 de la Cepal, merece atención particular la información relativa al desempeño fiscal de los gobiernos, tema en el que la región presenta, en lo general, un enorme rezago en captación, eficiencia y equidad, lo que a su vez impide a los estados cumplir satisfactoriamente con sus obligaciones en gasto e inversión social (salud, educación, capacitación, vivienda...), en infraestructura y servicios básicos, inversión productiva, investigación y desarrollo tecnológico, seguridad pública, medio ambiente, modernización burocrática, y otros. La deficiente e insuficiente captación tributaria induce además a un endeudamiento excesivo del sector público, limita la distribución equitativa del ingreso, y profundiza las brechas de desigualdad, de suyo abismales en la región.

Ingresos totales

Sin incluir ahora (salvo en el caso de Chile) los distorsionantes y efímeros ingresos por venta de activos públicos, en 2010 los ingresos totales de los gobiernos centrales (por impuestos, derechos, seguridad social, organismos y empresas públicas,...) promediaron 23% del PIB de la región (Gráfico 1), esto es, 12 puntos por abajo del 35% que es el promedio de captación de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el mínimo deseable para América Latina.

Por subregiones, los 12 países del Caribe anglófono y Surinam (holandés) tuvieron un ingreso fiscal total promedio de 27.5% del PIB; los 10 países de Sudamérica de 21.6, y los nueve de Centroamérica de 19.2%.

Por países (Cuba aparte por su especificidad económica y alto ingreso fiscal del 45.2% de su PIB), los países de mayor ingreso en 2010 fueron: Surinam, 43%; Dominica, 32.7; Bolivia, 30.3; Barbados, 28.4; Jamaica, 25.5; Ecuador, 25.2, y Brasil 25%. México, incluyendo los elevados gravámenes petroleros, sólo captó 15.9% de su PIB.

Años luz nos separan, por tanto, de los países de alto desarrollo socioeconómico, cuya captación (y equidistribución) fiscal es realmente significativa: Noruega, 41% del PIB (2009), Francia, 41.9; Austria, 42.8; Bélgica. 43.2; Italia, 43.5; Suecia, 46.4 o Dinamarca, 48.2%, entre otros.

Ingresos tributarios

Considerando en lo particular los ingresos básicos de los gobiernos centrales (contribuciones a la seguridad social e impuestos), la captación promedio de la región fue en 2010 18.7% del PIB; (Gráfico 2), muy por abajo de 35% mencionado.

Por subregiones, los 13 países del Caribe no latino captan en promedio 21.8% del PIB; los sudamericanos 18.3; y los centroamericanos 15.5%.

Por países, Argentina captó en 2010 19.9% de su PIB, Nicaragua 23.2, y Brasil 25. En el Caribe, Jamaica recaudó 25.5; Surinam 25.8; Dominica 26 y Barbados 26.5; México sólo captó 11.3% de su PIB (Gráfico 3).

No cabe duda de que nuestro país avanza: ya era campeón de mala captación en la OCDE, y ahora también encabeza la peor recaudación fiscal de América Latina y el Caribe.

Elevación mundial del ISR

El tan atacado por el neoliberalismo Impuesto al Ingreso (ISR en México), que grava por un lado al ingreso de las personas (supuestamente en escalas justas y proporcionales) y por el otro a las utilidades de las empresas con una tasa única, es y debe ser por sus cualidades, el gravamen vertebral de los sistemas fiscales en todo el mundo.

Por el ISR, la OCDE captó en 2009 12.5% promedio del PIB (cifra de por sí limitada), América Latina, 4.7; el Caribe, 7.3, y México 4.9% (Gráfico 2).

Hoy, la cada vez más generalizada crisis por insuficiencias fiscales y sobreendeudamiento aun en las naciones avanzadas (Estados Unidos, Japón, Francia, Canadá, Italia, España, Irlanda, Portugal y muchos más) obliga a un replanteamiento —que debería encabezar la ONU— para estructurar un sistema fiscal mundial que responda a la distorsionada fiscalidad global que ha implantado la élite corporativa trasnacional en su beneficio (reducciones de impuestos al ingreso y las ganancias, competencia ruinosa entre naciones, concentración desmesurada del ingreso, facilidades de evasión y elusión, tratos preferenciales, protección a paraísos fiscales, y otros).

Una economía global requiere una fiscalidad global, y más vale hacerla pronto, porque el destino ya nos alcanzó.

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