Sabor a poco dejaron el argentino Lionel Messi y el grupo de luminarias de ayer y hoy que se presentaron este domingo en el estadio Azul, en partido de exhibición a beneficio de la institución Doctor Sonrisas, que atiende a niños enfermos de cáncer.

Gris fue la tarde en la capital y de igual color el espectáculo que se ofreció la mayor parte del tiempo en el campo, sobre todo en el caso de La Pulga. El considerado mejor jugador del mundo pasó del exceso de humildad a la desidia; corrió poco y a media máquina; probó escasas veces a la portería y salió del campo al minuto 69, sin quedarse siquiera al final de la fiesta en la cual era protagonista.

Aunque faltaron algunos de los anunciados, como Javier Mascherano y Gabriel Milito, el encuentro comenzó muy emotivo, porque en el césped estaban Messi y sus amigos, futbolistas de la talla de Diego Lugano (capitán de la selección uruguaya), Mauro Camoranesi (ex jugador de Juventus y campeón del mundo con Italia), el ex astro brasileño Romario da Souza y Martín Palermo (ex Boca Juniors), entre otros, dirigidos por el también brasileño Dunga.

En el lado contrario, el combinado Estrellas del mundo, que comandó el técnico del Tri Sub 17, Raúl Potro Gutiérrez, participaron Edgar Davids (ex Ajax y seleccionado de Holanda), Gerardo Torrado, Christian Chaco Giménez, Hernán Cristante, Gustavo Matosas y Joaquín Beltrán, además del portero Jorge Campos, quien resultó ser el protagonista de la primera parte.

El Brody puso diversión al encuentro, porque se enfrascó en un diálogo de chistes con el público. Luego, desvergonzado, salió a achicar en mano a mano a Messi fuera del área y lo persiguió varios metros. El jugador de Argentina y del Barcelona lo superó y habilitó a Palermo, quien no logró anotar. Sin embargo, terminó riendo y abrazado del portero mexicano.

Al minuto 10, Lugano abrió el marcador, al aprovechar un rebote de Campos. Media vuelta y gol para el uruguayo, quien puso el 1-0 para los Amigos de Messi.

El equipo del resto del mundo inició lento, con poca posesión de balón, pero al minuto 19 Chaco Giménez igualó los cartones con disparo cruzado de pierna derecha.

Aunque Messi parecía empecinado en ceder todos los pases a Romario, no decayó el ánimo de la afición, que cubrió 60 por ciento del estadio: siguieron ovacionando cuanto toque de balón tuvo el delantero argentino.

Al minuto 30, tras una pelota filtrada, el argentino Pablo Daniel Osvaldo (del Español) puso el 2-1 para el combinado de estrellas, pero poco después Romario logró el 2-2, al definir con éxito tras un pase certero de Messi.

En el medio tiempo, patrocinadores y organizadores del encuentro realizaron un homenaje al recién retirado Joaquín Beltrán y hubo espectáculo de carnaval, con tambores, bailarinas y muñecos gigantes.

Martín Palermo hizo el 3-2 al iniciar el complemento, con remate dentro del área a pase de Messi y después, por fin, llegó el ansiado gol de la estrella.

Avanzó solo por el carril izquierdo, se metió al centro para eludir a varios defensores y habilitó a Romario, quien de taco le regresó el balón. El argentino tiró y Hernán Cristante tapó, pero en el rebote, que el ex portero del Toluca casi le regaló, Messi mandó la pelota a la red (3-3).

En medio de numerosos cambios, como es habitual en estos partidos, ingresaron los jóvenes mexicanos Jorge Espericueta y Julio La Momia Gómez, campeones del Mundial Sub-17.

Al minuto 69, para sorpresa de los presentes, Messi salió del campo y fue remplazado por Palermo, quien ya había salido y retornó. Los minutos siguientes el público pidió la vuelta del barcelonista, pero el jugador no estuvo ni en la banca, salió directamente hasta una camioneta que lo llevó lejos del estadio.

Este domingo Messi demostró que su velocidad para esquivar trasciende las canchas, porque estuvo apenas seis horas en territorio mexicano y no asistió a la conferencia de prensa anunciada en la mañana.

En lo que restó del partido, Osvaldo hizo el 4-3 con bombazo de derecha que superó al Pato Abbondanzieri (78) y Esteban Fuertes el 4-4 (80). Palermo rompió el empate y dio la victoria a los amigos de Messi, al burlar a Cristante a cuatro minutos del final.

El público, que fue en su mayoría familiar, con mucha presencia de niños y pagó hasta mil 300 pesos por un boleto, aplaudió el final y se retiró sereno.

Obviamente es un juego de exhibición, pero nos hubiera gustado un poquito más de Messi, que juegue con más ganas, afirmó al salir Gabriel Ruiz, de la mano de su hijo. Como ellos, muchos aficionados quedaron contentos, a secas.