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El conjunto chiapaneco inició con presión al Guadalajara, pero no supo mantenerla y fue abatido

Chivas remontó y logró superar a Jaguares; se ubica en tercer lugar de la tabla general

Al comienzo el partido estuvo trabado en la media cancha

Se registró poca asistencia al Omnilife

 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de agosto de 2011, p. 3

Guadalajara, Jal., 31 de julio. Como si le gustara la mala vida, Chivas sólo responde al maltrato y consiguió remontar el marcador contra Jaguares, que pese a que sorprendió a los rojiblancos, no pudo mantener la presión y terminó abatido por el tesón tapatío.

Al minuto 47 Arizala estrelló un disparo en el travesaño, que hizo que el arquero Luis Ernesto Michel volara para tratar de impedir el gol. Con el arquero abatido en el lance el rebote fue cazado por el colombiano Jackson Martínez, quien cabeceó para conseguir el primer tanto de los visitantes.

La mirada era atónita de todos los jugadores del rebaño; Omar Arellano reclamaba una hipotética mano. Se creó un desorden ante la inesperada jugada y la oportuna aparición del delantero rival, que ponía en aprietos a los locales, en una tarde donde el Omnilife volvió a mostrar una mala entrada.

El ritmo del duelo parecía ralentizado. Ambos equipos estaban flojos en las salidas y con tan pocas revoluciones en los jugadores parecía poco probable que cayera algún tanto.

Eran escasas las llegadas a ambas porterías y las acciones trabadas en la media cancha, pero sin nervio, como si estuvieran ancladas en cierta pereza.

Puede ser porque apenas arranca el torneo, pero transcurridos 30 minutos del encuentro parecía más probable que cayera algún hombre fulminado por narcolepsia, que una pelota dentro de algún marco. Así terminó la primera parte del encuentro.

Quizá la anotación de Jaguares, cuando arrancaba el segundo tiempo, fue permitida por ese sopor que arrastraba Chivas. Lo cierto es que la llegada de Martínez fue inesperada, vertiginosa, ante una defensa que parecía olvidar que su función en la cancha no es admirar jugadas, sino impedirlas.

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Tras anotar su gol, Marco Fabián se despojó de la playera rojiblanca para mostrar una leyenda, lo que le valió una amonestaciónFoto Jam Media

Esa anotación despertó al Rebaño, que empezó a tratar de acercarse al marco rival.

Un tiro de esquina, que pasó peinando una hilera de cabezas, terminó en los pies de Arellano, quien se vio sorprendido por el regalo: sólo tuvo que dar un toquecito frente al arco para que la pelota se convirtiera en el gol del empate, al 67.

Con la igualada, Chivas mostró otra cara y se fue hacia el área del conjunto chiapaneco. Le apretaron a la defensa de Jaguares e hicieron sudar al arquero Édgar Hernández.

Apenas cuatro minutos después del empate Marco Fabián hizo un despliegue de habilidad y dominio en la cancha. Se llevó al defensa que lo marcaba, se metió al área, recortó con insolencia al último zaguero que se encontró y casi encarando al arquero metió por abajo una pelota que nadie sospechaba entre las piernas de Édgar hernández, para conseguir el gol de la victoria.

La celebración de Fabián, despojándose de la piel rojiblanca para mostrar un mensaje en una camiseta, le valió una tarjeta amarilla. A él no pareció importarle, el gol valía cualquier regaño.

Con el triunfo, segundo consecutivo en el torneo, Guadalajara se coloca en el tercer sitio de la clasificación general, con seis unidades, mientras Jaguares, que en su debut también perdió, es decimoséptimo, sin unidades.