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Familiares en el exterior envían al año unos mil millones de dólares, estima experto

Poner pequeños negocios, deseo de la mayoría de cubanos que reciben remesas, según una encuesta
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 29 de julio de 2011, p. 25

La Habana, 28 de julio. Los cubanos reciben remesas familiares en forma creciente de países como España y Venezuela, además del tradicional flujo de Estados Unidos, y la mayoría de los receptores destinará sus recursos a pequeños negocios al amparo de la reforma económica, reveló un estudio difundido aquí por Palabra Nueva, la revista del arzobispado de La Habana.

El estudio se basó en una encuesta aplicada entre 300 receptores de remesas en la isla y fue dirigido por Manuel Orozco, experto del Diálogo Interamericano (DI) de Washington, y Katryn Hansing, de la Universidad de Nueva York.

Orozco dijo a La Jornada que estima en unos mil millones de dólares las remesas anuales a Cuba, una cifra que se ha mantenido estable en los últimos años.

Las remesas todavía vienen en gran cuantía desde Estados Unidos (68 por ciento), pero ahora también hay envíos desde América Latina y otros países en desarrollo (19 por ciento) y Europa (13 por ciento). Sólo de Venezuela salió 8 por ciento de esos recursos, según la encuesta, que mostró en esa forma la diversificación de la emigración cubana y el peso creciente de la exportación de fuerza laboral desde la isla.

Orozco dirige el Programa de Remesas y Desarrollo del DI y es la única fuente reconocida que difunde cálculos sobre las ayudas familiares a Cuba. En respuesta a este periódico, indicó que desde 2002 realiza esa encuesta bianual de manera independiente, con recursos propios y sin la anuencia ni el conocimiento del gobierno de La Habana, sino como un ejercicio académico.

Según la investigación, 43 por ciento de los receptores de remesas no se interesa en abrir un pequeño negocio, pero 34 por ciento sí lo hará y 23 por ciento ya lo tiene. Sin embargo, quienes rechazaron esa opción no lo hicieron por falta de interés, sino porque su situación personal y el contexto en que viven no les favorecen en este momento, señalaron los analistas.

El sondeo se realizó en varias ciudades cubanas y la mitad de las entrevistas fueron en La Habana, sobre una muestra representativa de estratos sociales, demográficos, étnicos y regionales, según el reporte final. Dado el contexto político cubano, los investigadores no realizaron entrevistas aleatorias en la calle, sino que fueron haciendo contactos en cadena, a partir de los propios entrevistados.

Según los resultados, las remeses siguen siendo la misma cantidad por persona o se ha reducido, quizás por la recesión, pero ha crecido la frecuencia de envíos a ocho veces al año, contra cinco veces en 2005. Las ayudas familiares representan al menos la mitad del ingreso de los receptores y es la base de su sobrevivencia.

La mayoría de los interesados en una microempresa expresó que así completaban sus ingresos o habían perdido su empleo, por lo que es poco probable que hagan crecer sustancialmente su negocio después de lograr la autosubsistencia. Ninguno de ellos consideró un financiamiento de instituciones oficiales cubanas y la mayoría dijo que se apoyaría en sus ahorros o en el de sus familiares que residen en el exterior.

Orozco y Hansing opinaron que para incentivar a los pequeños negocios, el Estado cubano debería tener un mercado mayorista y exentar de impuestos temporalmente a los microempresarios, pues la actual política fiscal no les permitirá crecer más allá de la subsistencia.