Luego de una polémica exhumación y traslado de la Columna de la Independencia a los laboratorios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el Castillo de Chapultepec –para su restauración, conservación y estudio, en mayo de 2010–, y después de un nuevo desplazamiento en agosto siguiente a la Galería del Palacio Nacional –para ser expuestos como parte de las conmemoraciones del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución–, mañana sábado los huesos de 14 héroes de la patria volverán a su lugar de reposo, enmedio del hermetismo de ese instituto durante las semanas recientes.

Entre los restos óseos se encuentran los del cura Miguel Hidalgo, quien este mismo 30 de julio cumplirá 200 años de haber sido fusilado en Chihuahua por el gobierno virreinal, luego de ser uno de los principales iniciadores de la guerra por la Independencia de México y tras haber tomado de manera consciente una decisión que podía costarle la vida, como destacó el historiador Carlos Herrrejón en una conferencia este miércoles.

La exposición México 200 años: la patria en construcción termina también este sábado con más de un millón 200 mil visitantes en casi un año, pero las urnas con los huesos fueron retiradas de la misma desde finales de junio, para preparar su nuevo traslado al mausoleo en la base de la Columna de la Independencia.

Ceremonia militar

La ceremonia militar en honor a los insurgentes comenzará a las 8:30 de la mañana en el Palacio Nacional, de donde saldrá el cortejo fúnebre con los restos óseos para dar una vuelta al Zózalo, tomar 5 de Mayo hasta el Eje Central Lázaro Cárdenas, y de ahí avanzar por toda la avenida Juárez hacia Reforma, por la que enfilarán rumbo a la Columna del Ángel de la Independencia, donde reposan desde 1925, luego se permanecer desde 1823 en la Catedral Metropolitana, donde este sábado se realizará otra ceremonia.

Según información oficial, los restos pertenecen a Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, Mariano Matamoros, Vicente Guerrero, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Andrés Quintana Roo, Nicolás Bravo, Francisco Xavier Mina, Víctor Rosales y Pedro Moreno.

En la polémica, en la que también participaron varios historiadores, unos avalaban la decisión de restaurar, conservar y exhibir las osamentas, mientras otros sostenían que era más importante reflexionar sobre las acciones, proyectos de nación y sueños de libertad de los independentistas, y ponerlo en el contexto de la difícil situación actual del país. (La Jornada/15 08/10)

Luego de algunos datos dados a conocer en agosto de 2010, el INAH prácticamente ha caído en el hermetismo y en su oficina de prensa niegan la posibilidad de entrevistas con funcionarios y especialistas.

La única autorizada, dijo a La Jornada la vocera Paloma Sáenz de Miera, es Lilia Rivero Weber, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural y responsable del equipo de restauradores y antropólogos físicos que estudian las osamentas, pero no se encuentra en el país.

Poco se sabe, por ejemplo, de las dudas de algunos historiadores sobre la autenticidad de los huesos; de los resultados finales de los estudios practicados; de cómo se llegó a la conclusión de que unos restos sobre los que se tenía duda eran de Mina; de cómo se supo ahora que otros, de los que antes se desconocía su identidad, pertenecen a Víctor Rosales y Pedro Moreno; o de la validez científica de las sustancias utilizadas para evitar la pulverización de los huesos y lograr su preservación futura.

Vitrina con restos de los héroes patrios que se exhibieron en la muestra México: 200 años, la patria en construcción, en Palacio NacionalFoto Roberto García Ortiz

El 13 de agosto de 2010, después de dos meses y medio de que los restos permanecieron los restos en los laboratorios de Chapultepec y dos días antes de ser llevados al Palacio Nacional para incluirlos en la exposición México 200 años: la patria en construcción, el INAH emitió un comunicado para informar que fueron sometidos por primera vez en su historia a un minucioso proceso de preservación y restauración.

En dicho comunicado se agrega que, en conferencia de prensa con Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, precisó que si bien los restos fueron motivo de honras en 1823, 1895 y 1925, ésta es la primera vez que se les realiza estudios y tratamientos especializados, que eran urgentes ante su deterioro.

Se identificaron los restos de 14 próceres que murieron en tres momentos distintos de la lucha independentista: sus albores, su desarrollo y su consumación. Dentro del primer grupo mencionó a Allende, Aldama, Jiménez e Hidalgo, cuyos cráneos permanecieron expuestos de 1810 a 1821 en las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.

Morelos, Matamoros, Rosales, Moreno y Mina fallecieron durante la guerra. Y Guerrero, Vicario, Victoria, Quintana Roo y Bravo, después de consumada la Independencia.

“Antes de haber sido depositados en la Columna de la Independencia –informa el INAH–, los restos óseos de los héroes patrios estuvieron dispersos en distintos lugares, cuyas condiciones climáticas no favorecieron su óptima preservación.”

A cada urna, señala el instituto, se le hizo una toma radiográfica para verificar su contenido, definir la posición exacta de los huesos, observar la cantidad de restos óseos y objetos asociados. El proceso se llevó a cabo con un equipo portátil de radiografía de alta calidad, y por un radiólogo especializado en la toma radiográfica de bienes culturales.

Después se procedió a la apertura de las urnas, primero las que presentaban chapas y cierres abiertos, como las de Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria, Francisco Xavier Mina y Andrés Quintana Roo, mientras un especialista abrió las de cerraduras activadas.

Posteriormente se hizo el examen de los restos mediante las técnicas de antropología física más avanzadas, para realizar un inventario detallado y determinar su estado físico.

El proceso de conservación que se aplicó en esos restos óseos tuvo por objeto detener la pulverización de la estructura interna de los huesos, a partir de un método de remineralización y quitinización artificial, añade el instituto.

Se informa que también se aplicaron procesos de restauración a las urnas, ya que las correspondientes a Guadalupe Victoria, Francisco Xavier Mina y la denominada Libro, con restos de Juan Aldama, Ignacio Allende, Mariano Jiménez y Miguel Hidalgo, se encontraron en mal estado de conservación.