Revelan detalles del mal uso de fondos en Irak y Afganistán
Lunes 25 de julio de 2011, p. 23
Washington, 24 de julio. Estados Unidos ha gastado unos 34 mil millones de dólares en contratos de servicios con el sector privado en las guerras en Irak y Afganistán, de acuerdo con el borrador de un estudio realizado para el Congreso por una comisión bipartidista.
El análisis de la Comisión de Contratación en Tiempos de Guerra, cuyos detalles se revelaron por primera vez en el Wall Street Journal, ofrece la visión más completa hasta la fecha del mal uso de fondos de contratación del gobierno estadunidense en Irak y Afganistán, donde se han repartido más de 200 mil millones de dólares en contratos y subvenciones durante casi una década.
El estudio, que fue confirmado a Reuters por una persona familiarizada con el borrador y que espera quede concluido en las próximas semanas, también brinda la imagen más completa de la magnitud de la contratación de fuerza laboral de Estados Unidos en esos países.
La fuente, que declinó ser identificada, dijo que la nómina estadunidense ha llegado a tener más de 200 mil contratistas en ambos países, superando el número de efectivos actualmente desplegados en esas naciones. Washington tiene menos de 100 mil soldados en Afganistán y cerca de 46 mil en Irak.
La cifra de contratistas del sector privado en ambas naciones puede ser muy difícil de obtener, ya que muchos contratistas estadunidenses tercian tareas a mano de obra temporal, dijo la fuente.
El informe responsabiliza a la falta de supervisión de las agencias federales por el mal uso de los fondos y advierte sobre futuras pérdidas cuando Estados Unidos retire sus tropas y los programas sean transferidos al control iraquí o afgano.
El ejército de Estados Unidos está en proceso de retirar todas sus tropas de Irak para fin de año y empezó a sacar sus soldados de Afganistán este mes.
El domingo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte entregó el manejo de la seguridad a las fuerzas afganas en la provincia de Panjshir, y concluyó la primera fase de una transición que deja los distritos alrededor de Kabul bajo el control de efectivos locales.
El primer traspaso, efectuado hace una semana, se hizo prácticamente en secreto en la provincia de Bamiyán.