Persiste saqueo en oleoductos y gasoductos
En el estado hay unos 113 asesentamientos irregulares sobre derechos de vía, advierten
Lunes 25 de julio de 2011, p. 29
San Agustín Tlaxiaca, Hgo., 24 de julio. Siete municipios del Valle del Mezquital (Atitalaquia, Epazoyucan, Huichapan, San Agustín Tlaxiaca, Tepeji del Río y Tula), y Villas de Tezontepec, en la cuenca de México, constituyen un corredor de tomas clandestinas de hidrocarburos desactivadas, las cuales, de acuerdo con Protección Civil, atraviesan el subsuelo de Hidalgo.
Según información de Petróleos Mexicanos (Pemex), en San Agustín Tlaxiaca y sus comunidades Izcuinquitlapilco, San Mateo y Dohié, se han localizado en un año cinco de 12 instalaciones rudimentarias para la ordeña de oleoductos, las cuales han sido cerradas por elementos de seguridad física y ductos de Pemex.
Once tomas clandestinas han sido detectadas en Hidalgo desde agosto de 2010, cuando la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, presidida por el panista Felipe de Jesús Cantú Rodríguez, archivó como asunto total y definitivamente concluido
(con la oposición de la diputada Laura Itzel Castillo Juárez, del Partido del Trabajo) un punto de acuerdo presentado por el legislador panista Leandro Rafael García Bringas para que Pemex informara de las medidas aplicadas contra el robo de combustible.
En respuesta al oficio CE/231/10, enviado el 13 de enero de 2010 por la Comisión de Energía de San Lázaro a la gerencia de seguridad física de la paraestatal, ésta argumentó que su personaje patrulla constantemente los ductos junto con elementos de las fuerzas armadas.
Sin embargo, las bandas de la delincuencia organizada que saquean combustible siguen operando en Hidalgo, sobre todo en el oleoducto Poza Rica-Cima de Togo-Tula, entre los kilómetros 163 y 195, que pasa por los municipios de San Agustín Tlaxiaca y Epazoyucan.
Técnicos de seguridad física y ductos de Pemex han descubierto también tomas clandestinas en los oleoductos y gasoductos Tula-Palmillas-Toluca (Tula), Nopala-San Juan del Río (Huichapan), Venta de Carpio-Santa Ana (Tepeji del Río), Ranchería-Minera Autlán (Villas de Tezontepec), Tula-Salamanca (Tula) y Nuevo Teapa-Salamanca (Atitalaquia).
Las organizaciones delictivas convirtieron el suroeste del Valle del Mezquital en una zona de alto riesgo, pues para el robo de combustible utilizan equipo rudimentario, como tanques cisternas adaptados, mangueras, instalaciones eléctricas improvisadas y tanques de almacenamiento con capacidad hasta de 12 mil 500 litros.
El director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, informó en enero, durante su comparecencia ante la Tercera Comisión Permanente del Congreso, sobre la detención de tres bandas dedicadas al robo de hidrocarburos, así como del decomiso de 2 mil 500 millones de pesos.
De los reportes de Pemex-Refinación sobre la desactivación de tomas y reparación de oleoductos se desprende que las instalaciones subterráneas no solamente están expuestas al saqueo, sino también al vandalismo, lo que pone en riesgo a quienes habitan en las inmediaciones de los derechos de vía por los cuales corren los ductos de petróleo y sus derivados.
El director de Protección Civil de Hidalgo, Miguel García Conde, calcula que aproximadamente 113 asentamientos irregulares invaden derechos de vía de ductos de Pemex en el estado.
Apenas el 28 de septiembre pasado el Ejército Mexicano y cuerpos de seguridad de la paraestatal tomaron el control del tramo Venta de Carpio-Santa Ana, kilómetro 756, en el poblado de Nextongo, municipio de Tepeji del Río, luego que se descubrió una toma clandestina en un ducto de 20 pulgadas de gas licuado de petróleo (LP).
En la operación se detuvo a cuatro sujetos que extraían combustible y lo almacenaban en forma rudimentaria en un depósito con capacidad de 12 mil 500 litros.
Poco más de un mes después, el primero de diciembre, ocurrió una fuga de gas LP debido a una perforación en el gasoducto de seis pulgadas del tramo Ranchería-Minera Autlán, municipio de Villas de Tezontepec. Los cuerpos de emergencia de la paraestatal bloquearon válvulas de bombeo y redujeron la presión del fluido.
Durante los trabajos de reparación se descubrió que el equipo fue dañado deliberadamente para extraer combustible.