Este sector se ha convertido en caldo de cultivo para el narcotráfico: diputados del PRD
Lunes 25 de julio de 2011, p. 34
El rechazo de miles de aspirantes a ingresar a una institución de educación superior no sólo es vergonzoso, sino que representa un riesgo, pues este sector de la población se ha convertido en caldo de cultivo para el narcotráfico
, afirmó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Hace diez años el reclutamiento se hacía entre 25 y 30 años de edad, y en la actualidad desde los 14 tenemos a sicarios y matones, ante la falta de oportunidades educativas y laborales
, aseguró el diputado Alejandro Sánchez Camacho, vocero de la bancada legislativa de ese instituto político.
Dijo que su fracción va a presentar un punto de acuerdo ante la Diputación Permanente de la ALDF, con el fin de que se considere un mayor monto de recursos el próximo año para fortalecer y aumentar la cobertura educativa.
Se busca, dijo, que todos los jóvenes demandantes de educación superior en la capital cuenten con un espacio, pues se estima una caída en la inversión en este sector de 43 por ciento con respecto al gasto público ejercido en 2010, además de dotar de recursos al Plan económico de empleo y política laboral para una ciudad progresista y democrática, impulsado por la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo local, que busca generar plazas para jóvenes profesionistas de entre 25 y 28 años de edad.
Después de expresar su solidaridad a la movilización que realizarán este lunes rechazados de nivel licenciatura, lamentó que de más de 100 mil jóvenes que hicieron su solicitud, 60 por ciento fueran rechazados, negándoles con ello cualquier oportunidad de desarrollo social y humano, por lo cual es inadmisible el abandono del gobierno federal hacia las instituciones educativas públicas, para favorecer la educación privada
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El Partido de la Revolución Democrática, precisó Sánchez Camacho, no tiene nada en contra de la educación privada, pero es firme su exigencia de que haya oportunidad de educación pública de calidad, para los que no tienen recursos para pagar una colegiatura, y la única manera que tienen los rechazados de hacer manifiesta su inconformidad y exigencia de mayores espacios educativos en este nivel son las marchas
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