Domingo 26 de junio de 2011, p. 5
La Dimensión Pastoral de Movilidad Humana (DPMH), de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), condenó las amenazas y el hostigamiento de que ha sido víctima este mes el refugio Belén Posada del Migrante, en Saltillo, Coahuila, el cual desde mayo de 2010 cuenta con medidas cautelares solicitadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y por tanto debiera tener resguardo.
En entrevista, la religiosa Leticia Gutiérrez, secretaria ejecutiva de la DPMH, señaló que dicha pastoral ha alertado sobre lo ocurrido y señaló que en situaciones como la de dicho refugio las autoridades locales y federales deberían brindar mayor protección para evitar estos hechos.
Al indicar que los albergues de la DPMH, sobre todo los que se ubican en áreas con altos índices de criminalidad, requieren de más resguardo, detalló que este mes dos migrantes y un voluntario de nacionalidad alemana de Belén Posada del Migrante fueron hostigados por personas que portaban armas e indicó que incluso hubo un intento de ingreso al refugio, el cual atiende a migrantes en trayecto hacia el norte, da terapia sicológica a quienes han experimentado situaciones traumáticas o que padecen alcoholismo.
Sobre esto el sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue Amigos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca, expresó a través de un comunicado su solidaridad: Ante las incesantes amenazas e intimidaciones de grupos delictivos contra integrantes y voluntarios de la Posada Belén, queremos expresar nuestra enorme preocupación por la crisis de inseguridad que está sufriendo este refugio. Esta casa es un ejemplo y un modelo del trato integral, solidario y comprometido hacia la población migrante. Por ello queremos manifestar nuestra adhesión al obispo Raúl Vera, al padre Pedro Pantoja y a su excelente equipo
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Finalmente, Leticia Gutiérrez lamentó que por estas cicunstancias a dos directores de hogares se les haya incluso designado seguridad personal.