El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan (CDHM) informó que de septiembre de 2010 a enero de este año, obligados por la pobreza y la marginación, miles de niños indígenas guerrerenses abandonaron sus comunidades y escuelas para emplearse como jornaleros en los campos agrícolas, principalmente de Sinaloa.

En ese periodo, indicó, migraron tres mil 309 niños jornaleros de la región de La Montaña. Datos del Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Región de la Montaña y del CDHM indican que ese total incluye a 459 que tenían de cero a un año de edad y que acompañaron en el viaje a sus familiares.

Con cifras de la Encuesta Nacional de Jornaleros Agrícolas, que aplicó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) en 2009, Tlachinollan destacó que del total de la población agrícola, poco más de 3.5 millones son menores de 18 años (38.9 por ciento).

De ellos, 727 mil 527 niños trabajan; es decir, uno de cada cinco (20.4), pero no todos lo hacen en actividades agrícolas, afirmó el centro de derechos humanos, y subrayó que aquellos que se emplean de jornaleros representan 59.2 por ciento del total de niños trabajadores.

El Centro Tlachinollan destacó que en los pasados cuatro años en Sinaloa, Chihuahua, Sonora y el estado de México han ocurrido ocho muertes de menores y accidentes en los que niños han resultado con graves lesiones que pusieron en peligro su vida.

Agrega que en todos los casos “ha prevalecido la impunidad y una demora en los trámites para el traslado de los cuerpos a su lugar de origen debido a que, en su mayoría, las empresas se niegan a indemnizar a los padres, o los presionan para sepultar a sus hijos fuera de su lugar de origen.

En el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, que se conmemoró el pasado domingo, y pese a que el Unicef y la Organización Internacional del Trabajo han hecho reiterados llamados a los productores agrícolas y autoridades gubernamentales a erradicar el trabajo infantil, este grave problema sigue vigente.