Versos mexicanos
nti García Santamaría me regala tres libros a cambio de uno (le debo, conste, dos). Leo Hasta aquí nada pudo separarme del cielo, palabras que provienen de Héctor Viey Temperley. Es edición hermosa, cuidada (por, imagino que sobre todo, Francisco Fenton), fresca, con una sencilla y gustosa portada de Santiago Merino. En el taller de Juan Malasuerte Eugenio Martínez Pineda lo compuso a mano en tipos Garamond
etcétera. En el primer poema uno cobra conciencia (cito un fragmento) de que Todas las estrellas/ son estrellas/ fugaces.
Volviendo al título, lo que de mi memoria no se separa es este Cielito lindo: Como una madrugada/ donde tú y yo/ miramos el cielo/ desde una hamaca roja/ llegarán más poemas.// Como la piscina/ que brillaba a tres pasos/ de una hamaca roja/ y como las gotitas de agua sobre tus pecas/ van a brillar.// De espaldas a quienes hablan a mis espaldas,/ de frente y para ti/ únicamente.
Quise empezar de modo digamos optimista esta columna en tiempos que sabemos tormentosos; nuestro país, cómo ignorarlo, no es actualmente el mejor de los mundos posibles. La imagen de las llamadas narcofosas estaba en la mente de todos cuando me tocó leer otro texto, de índole muy diferente, debido a Raúl Bañuelos, Anónimo (necesariamente eludimos la precisión tipográfica): Te encontraron en un costal/ de manta carcomido/ Te llevaron luego a la sala/ de los anónimos.// Y a enterrar como a casi todos/ los perros sin palabras,// a solas contigo mismo, descascarándote,/ pudriéndote en tu propia sangre engusanada.// Te dieron a la muerte primero/ Y luego te mataron más.// Por fin soplaron el polvo/ de una tumba sin nombre.
Como que entre el lirismo artesanal y (si bien la rima obligó por sí sola al inesperado homenaje) la asimilación del aprecio que no pocas personas manifiestan al poeta de la Marcha por la Paz con Dignidad y Justicia, me ocurrió (no se me ocurrió) la siguiente canción, que eso es y como tal requeriría título, mas como letra no tanto (disculparán los amigos arriba citados que me atreva a compartir espacio con ellos): Viva la flor del aromo,/ viva la flor de retama,/ viva quien ama.// Viva el ojo de venado/ y viva la bugambilia,/ viva quien más haya amado/ y viva Javier Sicilia.// Viva la flor de agapanto/ y la flor de la azucena,/ yo los amores que canto/ son los de la gente buena.// Viva la flor del granado,/ viva la flor del peral,/ viva quien más haya amado/ lo de veras principal.
Hasta la próxima.