Martes 14 de junio de 2011, p. 4
En sólo cuatro meses, entre noviembre de 2009 y febrero de 2010, el consulado de Estados Unidos en Nuevo Laredo reportó cuatro batallas campales, en áreas de tránsito denso, entre el Ejército y bandas del narcotráfico. Tres fueron enfrentamientos con unidades de Los Zetas. Y sólo por buena fortuna, no hubo bajas
.
Según las investigaciones de los agentes estadunidenses, ninguno de estos incidentes fue resultado de una acción planeada por las fuerzas armadas. En ningún caso hubo arrestos o bajas de delincuentes de alto rango.
Es el momento en el que se produce la largamente pronosticada ruptura de la tregua entre el cártel del Golfo y Los Zetas en Tamaulipas. En Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso y Río Bravo, se producen topadas
similares. Es un nuevo punto de inflexión en la guerra del narcotráfico.
En su análisis de los hechos, el cónsul Donald Heflin concluye que durante las primeras semanas de febrero de 2010 hay evidente nerviosismo
en la banda de Los Zetas, que controla parte de la ciudad fronteriza. “Se han desplegado por las calles, incluso en las inmediaciones del consulado y de la residencia de nuestro personal. El nivel de tensión aumentó cuando la prensa local informó del arribo de un avión del gobierno mexicano fuertemente resguardado. Al parecer, Los Zetas han lanzado un operativo denominado Laredo.”
El diplomático envió dos vívidas crónicas de estos episodios de violencia, los cables 10NUEVOLAREDO44 y 10NUEVOLAREDO56.
Según el primer relato, agentes estadunidenses de seguridad del consulado y de la DEA circulaban la noche del 19 de febrero hacia el puente internacional 2 cuando escucharon disparos de armas automáticas, morteros y granadas. Los reportes de las autoridades locales, confusos y contradictorios, negaron que el Ejército estuviera involucrado en la balacera. Sin embargo, informes recogidos por funcionarios estadunidenses supieron que algunos militares fueron hospitalizados, aunque voceros castrenses no confirmaron ni negaron
la versión.
El cable maneja dos hipótesis sobre el enfrentamiento: o bien “un convoy en el que viajaba un alto mando de Los Zetas topó accidentalmente con un convoy militar” o una patrulla militar cruzó, sin darse cuenta, “una línea de los anillos de seguridad de Los Zetas cercanos al puente internacional”.
Este episodio ocurre cuando la presidencia municipal de Nuevo Laredo intenta ofrecer una imagen de tranquilidad en la ciudad para recuperar el flujo de turistas. No pudo haber una sincronía peor
, dice Heftin, ya que el fragor de la batalla se escuchó hasta el auditorio de la alcaldía de Laredo, en el lado texano, donde la líder del Congreso, Nancy Pelosi, encabezaba los festejos por el aniversario de George Washington.
Apenas una semana después, la ciudad –llamada la puerta aduanal
de la frontera, ya que por ahí transita la mayor parte del comercio terrestre entre los dos países– fue testigo de otra batalla, esta vez entre miembros del cártel del Golfo y Los Zetas. Por su envergadura, el hecho mereció que el consulado convocara una reunión de su Comité de Acción de Emergencia, conocido como EAC (mecanismo de respuesta inmediata de las misiones diplomáticas de Estados Unidos, que se activa sólo en momentos de crisis).
De hecho, esta batalla ya había sido anunciada 48 horas antes a los agentes de seguridad del consulado por sus informantes en la ciudad. El 26 de febrero, cerca de las nueve de la noche, el cártel del Golfo atacó simultáneamente dos estaciones de policía de la ciudad con granadas y, después se supo, con cargas explosivas, Satchel charge-type IED. Según la prensa del lado texano, se trata de un mensaje
de que el Golfo está listo para recuperar el terreno perdido a manos de Los Zetas.
Continúa el cable: “Aproximadamente a las 22:30, miembros de Los Zetas con pasamontañas bloquearon la calle frente a una parrillada donde cenaba personal del consulado estadunidense. Con armas AK47 despejaron la zona. Concluimos que buscaban a los del cártel del Golfo autores de los ataques contra los cuarteles”.
En la reunión del EAC se evaluó la posibilidad de cerrar el consulado y suspender el servicio de emisión de visas, como se hizo en Reynosa. Pero se resolvió mantener abierta la sede.
Enlaces:
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