El movimiento de comuneros se ha politizado, según el gobierno
Lunes 13 de junio de 2011, p. 31
Morelia, Mich., 12 de junio. Este miércoles se cumplirán dos meses de que se suspendieron las clases en Cherán, luego de un enfrentamiento entre pobladores y talamontes ocurrido el 15 de abril.
Desde entonces el pueblo está aislado, con barricadas en los caminos de acceso. Más de 50 por ciento de los 350 pequeños comercios y servicios siguen cerrados. La policía municipal fue desmantelada y la población desconoció al alcalde Roberto Bautista Chapina.
Los más de 2 mil 500 alumnos de educación básica del municipio están a punto de perder el ciclo escolar, pues en una semana empezarán los exámenes finales y no hay viso de solución al conflicto. La Normal Indígena, el Tecnológico Superior Purépecha, la Universidad Pedagógica y las tres escuelas de nivel medio superior de Cherán también están sin clases.
La Procuraduría General de Justicia del Estado informó que se ha reforzado la vigilancia en la región forestal de Cherán y en toda la Meseta Purépecha.
Los habitantes de este poblado de 16 mil habitantes exigen la reactivación de la economía mediante programas sociales, y esperan ver resultados de la lucha contra el crimen organizado, que tiene nexos con la tala clandestina.
Tres comuneros de Cherán han sido asesinados desde que se inició el conflicto, y uno más continúa hospitalizado a causa de un balazo. Por lo menos 60 por ciento de las 27 mil hectáreas de bosques del poblado han sido afectadas por la tala clandestina.
La principal demanda de los comuneros desde el enfrentamiento fue que militares, policías federales y estatales vigilaran la zona boscosa.
Esa exigencia se cumplió, pero según el gobierno de Michoacán el conflicto se ha politizado, pues normalistas, estudiantes y maestros se han involucrado en el movimiento de los comuneros para aumentar sus exigencias.