Sociedad y Justicia
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El director del plan, Jesús Guilabert, y Raúl Arriaga responden diversos cuestionamientos

Frenan normas de Semarnat el proyecto turístico de Cabo Cortés

La oposición al desarrollo radica en las repercusiones que tendrían la planta desaladora, la marina para 490 embarcaciones y los 27 mil cuartos previstos en BCS, señalan ambientalistas

 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de junio de 2011, p. 44

El desarrollo turístico Cabo Cortés, en Baja California Sur, comenzará a construirse cuando se cumplan las condicionantes establecidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cual busca que se realicen todos los estudios para fundamentar las autorizaciones, señaló el director del proyecto, Jesús Guilabert.

El plan turístico, con 27 mil cuartos, se destinará en 90 por ciento al turismo de Estados Unidos y Canadá y busca la conservación por encima del desarrollo. Es objetado por organizaciones ambientalistas y científicos debido a que colinda con el parque nacional Cabo Pulmo, el arrecife más importante del Pacífico mexicano.

Este plan es asesorado por Raúl Arriaga, ex subsecretario de la Semarnat, quien fue destituido en medio de un escándalo por otorgar permisos de caza irregulares en el sexenio pasado, lo cual llevó a su inhabilitación por parte de la Secretaría de la Función Pública, aunque después se echó atrás porque no se comprobó su responsabilidad.

Cabo Cortés ha sido cuestionado desde el momento en que John McCarthy, entonces director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), promovió la venta de alrededor de mil 500 hectáreas (La Jornada, 3 de noviembre de 2008) que ahora forman parte del plan. En total cuenta con 3 mil 800 hectáreas, de las cuales mil 300 se destinarán al desarrollo y se edificará en 13 por ciento de la superficie.

En conferencia de prensa para presentar información detallada del proyecto, Guilabert dijo que los terrenos los adquirió la empresa Hansa Baja Investments –filial de la española Hansa Urbana– a una compañía estadunidense. Aseguró que Fonatur nada tuvo que ver y adquirieron esos predios porque tenían certeza jurídica. Arriaga precisó que McCarthy participó en la promoción del terreno, que antes de que Hansa lo adquiriera, realizaba Goldman Real Estate.

El proyecto, ubicado entre La Paz y San José del Cabo, se desarrollará en los próximos 40 años, y la primera fase considera la construcción de siete hoteles, 2 mil 500 viviendas, una marina y un campo de golf de 18 hoyos. Los puntos más cuestionados por Greenpeace, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, así como por científicos son la planta desaladora prevista, ya que la salmuera que se produce en el proceso de desalinización del agua afectaría al arrecife.

Otra inquietud es en relación con la marina para 490 embarcaciones, ya que consideran que provocará contaminación por el uso de hidrocarburos, y los espigones que requiere afectarán las corrientes. Además de que los 27 mi cuartos previstos en las cinco fases del plan equivalen casi a los 28 mil que tiene Cancún.

Señalan que Cabo Pulmo es una reserva marina donde la cantidad de peces y su tamaño se ha incrementado en 400 por ciento debido a que tiene una productividad biológica cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes en el Golfo de California y posiblemente que cualquier otro arrecife en México.

A ello respondió Arriaga, a través de una exposición. Explicó que con la planta desaladora no se producirá salmuera, sino agua hiper salinizada y además, debido a que hay pozos para la extracción del líquido, aún no está confirmada su construcción ni ha sido autorizada por la Semarnat.

En cuanto a la marina, apuntó que se encuentra a 17 kilómetros al norte del parque nacional, y se descartan afectaciones debido a la distancia, a las corrientes, y a que en esa zona hay un cañón subterráneo de 800 metros de profundidad hacia el cual se irán los sedimentos. Asentó que la zona colindante con el parque se destinará a conservación ecológica.

Guilabert sostuvo que los primeros siete hoteles tardarán en construirse alrededor de una década. Dijo que hay acuerdo en que se debe proteger el arrecife, aunque sea mayor inversión en tiempo e información. Incluso se ha cumplido más allá de las leyes vigentes y las normas ambientales, y ha sido el único proyecto al que en dos ocasiones se le ha revisado la Manifestación de Impacto Ambiental.