La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reconoció que entre su presbiterio coexisten testimonios de vida heroicos, por la labor social que despliegan en ámbitos como la atención a pacientes terminales y a migrantes y de quienes en sus diócesis realizan trabajo pastoral en medio de la violencia y se convierten en víctimas de ésta, en tanto otros clérigos han cometido faltas como la pederastia.

En este contexto la implementación de mejoras en la formación sacerdotal, como mayor cuidado en la selección de candidatos al ministerio, más años de formación e incluso refuerzo de evaluaciones sicológicas y de detección de la verdadera vocación, así como la preparación permanente del clero, tienen, entre otras intenciones, lograr que cada vez sean menos los religiosos que traicionan su ministerio; hacer de la Iglesia una institución acorde con el tiempo, sin que ello signifique renunciar a sus principios, y hacerla más cercana a las necesidades actuales.

Sobre el compromiso en la atención de problemas que aquejan a la población, Víctor Rodríguez Gómez, secretario general de la CEM, rechazó que la Iglesia sea omisa en ese rubro y señaló que si muchas veces no se conoce la labor que obispos y comisiones episcopales desempeñan en estas tareas es porque no buscan protagonismo.

El papel de los obispos y de la CEM consiste precisamente en no asumir el rol protagónico, sino ser conductores, guías, animadores de los agentes de pastoral que tiene la Iglesia en México... la Comisión Episcopal de Pastoral Social va animando los procesos, señalando las líneas, aunque no nos toque estar al frente para salir en la foto.

La institución que atiende al mayor numero de enfermos terminales de sida en México y en el mundo es la Iglesia católica, ejemplificó.

Carlos Aguiar Retes, presidente de la CEM, indicó que la Iglesia mexicana cuenta con más de un millón de agentes de pastoral que se hacen presentes en albergues, en atención del VIH/sida, en promoción del derecho a la vida... en favor del necesitado, del pobre, del enfermo, del que está en la cárcel, a quienes asiste en sus necesidades no sólo espirituales sino también materiales.

Señaló que aunque estos agentes no siempre son presbíteros ni obispos, son parte de la Iglesia y están coordinados por ésta, y añadió que el último reporte (2006) arrojó que uno por ciento de los católicos mexicanos son agentes de pastoral.

Rodríguez Gómez aseguró que en condiciones difíciles hay testimonios heroicos que abundan en el país, aunque también reconocemos que hay algunas faltas como la pederastia, tema en cuya prevención el Vaticano ha puesto énfasis, aseguró.

La CEM destacó que aprecia profundamente el heroísmo con el que muchos sacerdotes, personas consagradas y laicos comprometidos han mantenido su servicio pastoral, aun a riesgo de su vida, en regiones fuertemente golpeadas por grupos criminales.