Con un acuerdo que obliga al millón 200 mil maestros de educación básica a someterse a evaluación cada tres años, el presidente Felipe Calderón refrendó su alianza con el sindicato magisterial, pero aclaró que no es de carácter política (sic) u oportunista, sino por la calidad educativa.

En su tercera aparición en 15 días al lado de Elba Esther Gordillo, la presidenta del Sindicato Nacional de Educación (SNTE), Calderón se quejó de que los prejuicios contra el gremio y el gobierno federal impiden ver la importancia de estas medidas, pero mientras logremos el objetivo de impulsar la calidad de la educación que hace falta en el país, todo ese esfuerzo, todos esos costos, que sabemos enfrentamos, y toda esa incomprensión habrá valido la pena si el día de mañana hay un país mejor educado.

Dicha evaluación se aplicará a todos los profesores de escuelas públicas y privadas de manera escalonada (actualmente, sólo tres de cada cinco han sido examinados). En el actual ciclo escolar tocará el turno a los docentes de primaria; en 2012-2013, los de secundaria, y en 2014-2015 los de educación inicial, prescolar y enseñanza especial.

Los resultados de las pruebas serán utilizados para premiar a los maestros a través del Programa de Estímulos a la Calidad Docente y de Carrera Magisterial.

En el Museo Nacional de Antropología e Historia, Calderón prometió ayer que habrá transparencia, y los resultados se pondrán al alcance de autoridades, directivos, profesores, alumnos, padres de familia y organizaciones sociales.

En el llamado Acuerdo para la evaluación universal de docentes y directivos en servicio en educación básica participará el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), con el diseño de los exámenes.

Acompañado por el titular de la Secretaría de Educación Pública, Alonso Lujambio, quien ha tenido tres apariciones públicas con el Presidente en una semana y forma parte de los candidatos del PAN en 2012, Calderón reconoció que este esquema está sujeto a la polémica y la controversia, y por eso llamó a usarlo con responsabilidad.

Como Gordillo Morales demandó que la evaluación no se use como pretexto para la crítica y el sojuzgamiento politizado, Calderón respondió que los resultados se utilizarán sobre todo para determinar con precisión qué hacer para mejorar la calidad educativa, la formación continua ya la profesionalización de los maestros.

Planteó que la evaluación marca un antes y un después, ya que permitirá hacer una valoración juiciosa, responsable, honesta, veraz y objetiva, de nuestra realidad educativa.

Fue cuando resaltó su alianza con Gordillo. Este acuerdo es una muestra más de que entre el SNTE y el gobierno federal sí hay una alianza, pero no de carácter política u oportunista, sino por la calidad de la educación en México; es una alianza por la educación de nuestros niños.

Calderón enunció los acuerdos alcanzados hasta ahora con Gordillo –a quien prometió continuar con el trabajo conjunto–: el respaldo a la Prueba Enlace, la voluntad política mostrada al suscribir la Alianza por la Calidad de la Educación, y la altura de miras que apenas la semana pasada los impulsó a firmar el Acuerdo para la Reforma del Programa Nacional de Carrera Magisterial.