Londres, 27 de mayo. Para la FIFA, siempre golpeada por los escándalos, la investigación por corrupción mediante su comisión de ética contra el mismo titular del organismo, Joseph Blatter, es un golpe demasiado duro a pocos días de realizarse la votación presidencial.

Las primeras voces pidiendo un aplazamiento de la elección, que cada vez está convirtiéndose en una pelea más sucia, ya se dejaron oír. El congreso está previsto para el miércoles en Zurich, pero los dos candidatos, Blatter y Mohamed bin Hammam, tendrán que responder antes a la comisión ética por corrupción.

La FIFA necesita una investigación limpia e independiente y eso no lo permite el programa, dijo el político Damian Collins, quien hace poco lanzó duras acusaciones en el Parlamento británico contra los dos dirigentes: Si Bin Hammam es suspendido no sería aceptable que la elección fuera algo seguro para Blatter. Necesitamos un nuevo calendario electoral con nuevos candidatos.

Según el presidente de la UEFA, Michel Platini, es difícil que se produzca ese escenario. Para que no hubiera votación se precisaría que tres cuartas partes de la asamblea general dijeran no, pero creo que sí habrá elecciones.

Blatter podrá defenderse mañana de los cargos presentados en su contra por el qatarí. Al día siguiente los dos candidatos deberán asistir ante la comisión de ética a cargo del namibio Petrus Damaseb.

No puedo opinar sobre el procedimiento que se ha abierto hoy en mi contra. Los hechos hablarán por sí solos, dijo Blatter, de 75 años, en un comunicado.

Bin Hammam, de 62, se mostró tranquilo: No tengo miedo de responder a todas las preguntas. Mientras la comisión garantice un proceso limpio no tengo nada que temer.

El proceso contra los dos candidatos es paradójico. El qatarí acusa a Blatter de conocer supuestos sobornos a representantes del futbol caribeño y no hacer nada. Lo curioso es que esas acusaciones están dirigidas contra el propio Bin Hammam, quien siempre las negó.

Según un informe recibido por la FIFA, Bin Hammam había intentado, junto con el vicepresidente de la FIFA, Jack Warner, elevar sus opciones de victoria comprando votos de dirigentes de la Unión Caribeña de Futbol hace dos semanas en Trinidad, de donde es Warner.